El Mont Saint-Clair, situado en el corazón de Sète (Francia), es un ascenso tan breve como explosivo, con apenas 2,2 km de recorrido, pero con rampas que llegan al 15%. La subida está íntimamente ligada al santuario de Notre-Dame de la Salette, que corona la cima y se erige como un faro espiritual y arquitectónico, visible desde buena parte de la ciudad y de la costa.
Para el ciclista, el ascenso combina deporte, cultura y fe: pedalear hacia la ermita significa luchar contra un muro urbano exigente, sabiendo que en la cumbre espera un lugar de recogimiento y unas vistas privilegiadas sobre el Mediterráneo y la laguna de Thau.
Ruta ciclista 17628779 - a través de bikemap.net
📊 Altimetría
- Distancia: 2,2 km
- Desnivel: 174 m
- Pendiente media: 8%
- Rampas máximas: 18%
- Orientación: subida hacia el suroeste, en plena exposición solar mediterránea, con calor intenso en verano y escasa vegetación protectora.
- Trazado: urbano, sinuoso y con varios descansos falsos antes de las rampas más duras; firme en buen estado, pero con curvas cerradas que obligan a gestionar bien la inercia. Subimos por su vertiente este, en las inmediaciones del museo Paul Válery.
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Fuente: climbfinder.com |
El ascenso arranca con un tramo al 7% y 5% después de superar una primera curva de herradura, que permite entrar en calor, pero ya anticipa que no será un esfuerzo fácil. Pasamos de la calle Jean Vilar a la rue Chemin de Saint-Clair.
Un breve descanso al 1% suaviza la pendiente, aunque el ciclista debe mantener la tensión, porque pronto llegarán rampas mucho más duras.
Entre el kilómetro 1 y el 1,6 se concentran los muros más exigentes: pendientes del 12 al 16% que parten el ritmo y obligan a tirar de desarrollo corto.
El tramo final mantiene el pulso con varios sectores al 11% y máximas al 18%, larga recta que se convierte en un reto hasta la explanada del santuario. Pasamos junto a la histórica ciudadela.
La recompensa es doble: por un lado, la satisfacción de haber superado un “muro” urbano de gran dureza; por otro, el privilegio de contemplar desde Notre-Dame de la Salette la inmensidad del mar y la ciudad de Sète a los pies.
El santuario es la segunda capilla construida en honor a la Virgen de La Salette, la cual es famosa por la aparición que tuvo en los Alpes en 1846 y que es un ascenso interesante.
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