Las altas montañas que rodean la Val d’Aran forman una barrera natural, situación que condiciona, no solo su climatología sino también sus relaciones con otros pueblos y su propia historia. Durante siglos, las aguas del Garona hacia Francia por los relieves más suaves del Bajo Arán, han sido su único puente con el exterior, hecho que ha mantenido y consolidado la lengua y la cultura occitanas en este territorio integrado administrativamente en Catalunya.
Desde el punto de vista cicloturista, el valle representa todo un reto por muchas de las ascensiones, variadas pistas asfaltadas en valles de alta montaña junto con grandes pasos incluso por encima de los 2000 m. Mediante el mapa inferior puede consultar las características de sus subidas más representativas, un total de 12 escaladas.
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