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ASCENSO A STUBAITAL (Mutterbergalm)

Stubaital es uno de los valles más emblemáticos del Tirol austríaco, encajado entre altas montañas alpinas que superan con holgura los tres mil metros. La carretera que conduce hasta la estación de Mutterbergalm, a los pies del glaciar del Stubai, es un reto por su longitud y progresión.
La ascensión no presenta una dureza continua en su primera parte, pero sí una acumulación de desnivel que, unido a la exigencia de los últimos kilómetros, convierten a este puerto interesante en cuanto a resistencia. El entorno, entre pueblos tiroleses, cascadas y laderas boscosas, añade un toque espectacular y convierte el esfuerzo en una experiencia inolvidable.

📊 Características de la altimetría

  • Distancia: 31,0 km

  • Desnivel: 1.178 m

  • Pendiente media: 3,8 %

  • Pendiente máxima: 12 %

  • Altitud final: 1.748 m

  • Orientación: El valle se recorre en dirección sur, siempre siguiendo el cauce del río Ruetz, con un trazado encajado entre montañas que va abriéndose y cerrándose en función de los pueblos que atraviesa.

  • Características del trazado: Subida muy larga y tendida en su inicio, prácticamente sin rampas destacables hasta superar los 20 km; el tramo decisivo se concentra en los 7 km finales, con pendientes muy constantes entre el 7 y el 10%.

Fuente: cyclingcols
El ascenso comienza en Schönberg (958 m), dejando atrás la B182 y pasando por el punto de enlace con la autopista del Brennero, con rampas iniciales al 5% que se disipan rápidamente.
Los primeros kilómetros por Mieders presentan pendientes negativas suaves del 2-3% de ligero descenso que va penetrando poco a poco en el valle.
Rodamos por una vía amplia y bastante transitada. Al paso por Telfes y Fulpmes, la carretera se estabiliza en torno al 3-4%, con vistas al fondo del valle.
Aproximadamente sobre el km 8, en la zona de Medraz y Kampl ofrece largos tramos rectilíneos al 1-2%, que permiten recuperar fuerzas, así como una elevada frecuencia de vehículos a motor.
Entre Neder y Neustift, la pendiente apenas alcanza el 4%, lo que convierte esta parte en un falso llano de aproximación.
El entorno comienza a cerrarse en Neustift (993 m), localidad central del valle y referencia turística del Stubaital.
Pasado Schaller, la pendiente aumenta progresivamente hasta el 4-5%, dejando atrás la fase más cómoda del ascenso.
El tramo entre Krössbach y Volderau se endurece ligeramente, con rampas que rondan el 5% y un paisaje cada vez más alpino. En el camino vemos a la izquierda una primera cascada.
A 7 kms para coronar, cerca de la localidad de Ranalt, a 1.300 m, se percibe un claro cambio de tono: aquí comienza realmente la dificultad con una dura rampa que llega al 13%.
Los últimos 5 kms tienen una media del 7%, con un tramo de descanso, pero con un final duro con continuas rampas por encima del 10%.
Las medias en este sector tienen porcentajes medios irregulares sobre el 7-8% junto con diversas rampas que llegan al 12%.
En todo momento rodamos por una vía ancha hasta coronar, con un valle cada vez más cerrado y pasando por diversos túneles.
Grabaalm, ya a más de 1.500 m, es uno de los puntos más exigentes con rampas sostenidas al 9-10%. En este sector se encuentra la cascada más grande del Tirol, Stuibenfall.
El penúltimo tramo alterna rampas duras con breves descansos visuales, pero el perfil exige constancia. La media es del 6%, pero es realmente engañosa.
Adentrándonos en el último km, pasamos en las primeras instalaciones que conducen vía teleférico al glaciar (Stubaital Glestcher).
Pocos metros después llegamos a Mutterbergalm (1748 m), donde finaliza la vía asfaltada, y que supone una recompensa incomparable: un final de alta montaña en un entorno único de los Alpes tiroleses.

ASCENSO A PITZTAL (Mittelberg)

El Valle de Pitztal, situado en el Tirol austríaco, es un rincón alpino de unos 40 kilómetros de longitud que se abre como un brazo lateral del Inntal. Entre los valles de Ötztal y Kaunertal, este paraje se caracteriza por su río Pitze, que recorre montañas y praderas hasta desembocar en el lago Rifflsee, a más de dos mil metros de altitud. Asimismo, Mittelberg, (1.740 m) es el ascenso de fondo de valle, donde concluye la vía asfaltada. Aunque no es un puerto de grandes rampas, su extensión y regularidad hacen que el desgaste sea constante, especialmente en jornadas largas o en combinación con otros pasos alpinos.
A lo largo del valle se levantan pintorescos pueblos como Arzl, Wenns o Sankt Leonhard, típicas aldeas de montaña donde la vida transcurre en calma, entre casas de madera, iglesias antiguas y la hospitalidad tirolesa. El paisaje está dominado por altas cumbres, glaciares resplandecientes y bosques alpinos que enmarcan un entorno de gran belleza natural. El Pitztal es célebre por su glaciar, que permite la práctica del esquí casi durante todo el año. Modernos remontes, como el funicular subterráneo, que alcanza los 2840 metros de altitud, facilitan el acceso a pistas que ascienden hasta los 3440 metros. Además, la estación de Rifflsee ofrece pistas intermedias, ideales para familias y esquiadores que buscan tranquilidad.
Aunque no ha sido un puerto de paso habitual en el ciclismo profesional, su dureza kilométrica y la grandeza de su paisaje lo convierten en un escenario perfecto para el cicloturismo de resistencia, comparable a otros largos valles alpinos como Kaunertal o Ötztal.

📈 Altimetría

  • Longitud: 37,7 km

  • Desnivel: 1.042 m

  • Altitud de la cima: 1.788 m

  • Pendiente media: 2,7%

  • Pendiente máxima: 9% (en el último km)

  • Características: subida larguísima, de desgaste, con muchos tramos suaves, falsos llanos e incluso pequeñas bajadas antes de endurecerse al final. Pasamos de la vía 171 a la L16.

Fuente: cyclingcols
El inicio en Imst (746 m) arranca con rampas al 6%, con una orientación hacia el norte, que marcan un inicio exigente para un puerto de tan largo recorrido.
Después de varias curvas, la carretera gana altura rápidamente y se encaja en el valle, alternando entre bosques y pequeños claros que permiten ver las montañas del Tirol.
A la altura de Arzl, la pendiente se modera, con tramos al 3-4% que permiten recuperar el ritmo tras el inicio más duro.
Entre Wenns y Jerzens aparecen falsos llanos e incluso un pequeño descenso, lo que rompe la regularidad y hace que la subida tenga un carácter de repechos encadenados.
El paso por los pueblos aporta un toque cultural y pintoresco, con arquitectura típica tirolesa y vida rural alpina, transitando por una vía bastante transitada.
Tras Zaunhof, el puerto gana continuidad, con kilómetros enteros rondando el 3-5%, que van sumando metros de desnivel de forma constante.
El entorno natural se intensifica: cascadas, bosques espesos y un valle que se va estrechando conforme se avanza.
La carretera se mantiene ancha y en perfecto estado, lo que facilita un pedaleo fluido, aunque el tráfico turístico puede ser notable en temporada alta.
La altitud comienza a notarse al superar los 1300 m, con aire más fresco y la sensación de estar adentrándose en la alta montaña. En este sector pasamos por varios túneles.
El paso por St. Leonhard im Pitztal es uno de los puntos clave: largo, tendido, pero con constancia, acumulando fatiga en las piernas.
El paisaje se abre tras el pueblo, ofreciendo vistas de grandes laderas alpinas y cumbres nevadas en la lejanía. Rodamos paralelos al río Pitze.
El valle vuelve a estrecharse en la zona de Weixmannstall y Wiese, con pendientes que rondan el 4-5%, siempre sin rampas excesivas.
La aproximación a Mittelberg es larga y psicológica, con kilómetros al 3-4% que parecen interminables por la rectitud del valle.
En los últimos 2 km la pendiente crece: rampas al 7-8% endurecen el final, obligando a apretar después de casi 40 km de ascenso.
La llegada a Mittelberg (1.740 m) es un premio en sí misma: un rincón alpino espectacular, rodeado de montañas y glaciares a lo lejos, donde la carretera se detiene y el valle se cierra.

KÜHTAI SATTEL (por Kematen)

Situado en el corazón del Tirol austríaco, el Kühtai Sattel (2017 m) es uno de esos puertos que, sin hacer demasiado ruido, figura entre los grandes pasos alpinos de Europa. Conectando el valle del Inn con la alta montaña de Ötztal, su ascenso desde Kematen in Tirol, muy cerca de Innsbruck, representa una escalada de fondo, con rampas exigentes, paisajes espectaculares y un desenlace a gran altitud.
La carretera está perfectamente asfaltada y se mantiene abierta todo el año, dado que conduce a una importante estación de esquí y centro de entrenamiento. Esto, sumado a su proximidad a la capital tirolesa, ha hecho que el Kühtai se convierta en paso obligado para cicloturistas experimentados, y también en escenario habitual de etapas del Tour de Austria, donde ha servido como punto clave para seleccionar la carrera en jornadas alpinas.
El paso por Kematen presenta una altimetría engañosa. Tiene una longitud de 23,3 km, durante los cuales se salvan 1407 metros de desnivel positivo, lo que equivale a una pendiente media del 6%. Sin embargo, esa media oculta la dualidad del ascenso: los primeros 10-12 km son suaves, sin grandes dificultades, mientras que a partir de Gries im Sellrain la carretera se empina seriamente con rampas que superan el 13%, y tramos constantes por encima del 10 %. La parte final transcurre a gran altitud, por encima de los 1800 m, donde la fatiga se acentúa. Es un puerto que exige resistencia, paciencia y buena lectura de ritmo. La vertiente oeste, desde Oetz, es considerablemente más explosiva y con menos longitud que la de Kematen. Con apenas 17,7 kms, se superan más de 1242 metros de desnivel, lo que arroja una media del 8,1%, con tramos prolongados al 11-12% y muros que alcanzan el 15%.
Fuente: cyclingcols
El inicio en Kematen, a 621 m, es tranquilo y progresivo, con pendientes suaves del 2-3% que permiten calentar sin sobresaltos, mientras se avanza entre campos verdes y casitas tirolesas. Partimos por la L13 con una orientación hacia el oeste.
Durante el recorrido pasamos por varios túneles, todos ellos bien iluminados. La carretera es amplia, con tráfico ocasional, y el paisaje típicamente alpino.
 A medida que se avanza hacia Sellrain, las pendientes suben ligeramente al 4-6%, siempre de forma muy estable y progresiva. En este tramo encontramos alguna rampa corta entre el 8-9%.
El río Melach acompaña el ascenso en todo momento, y el desnivel va acumulándose sin que lo parezca:no es un inicio duro, pero su fase final es realmente exigente.
Esta fase del trazado es algo irregular. Aunque la pendiente es más exigente que al inicio del paso, combinamos rampas duras con tramos más suaves, incluso de falso llano.
Al entrar en el pueblo de Gries im Sellrain (1152 m), el paisaje se cierra y el asfalto se endurece de golpe: una larga rampa al 12 % rompe completamente el ritmo y da inicio al verdadero puerto.






Esta sección es uno de los muros más duros del ascenso. Recta, sin sombras, con una pendiente continua por encima del 10% casi un km. Demoledora.
Superada la zona crítica, la pendiente se estabiliza en torno al 7-8%, con un entorno cada vez más montañoso y una sensación de haber entrado por fin en la alta montaña.
Reith marca una pequeña pausa visual, pero no física. Aquí el puerto muestra su carácter: carreteras retorcidas, entorno salvaje y rampas nada uniformes.
Desde St. Sigmund, una serie de curvas cerradas enlazan tramos al 8-10% con descansillos casi inexistentes. Es un tramo muy exigente.
El ascenso se encamina hacia Haggen, un pequeño caserío de montaña a casi 1800 m. Aquí la pendiente vuelve a rondar el 10%: es otro punto delicado del ascenso.
A partir del pequeño núcleo citado se entra en la parte más solitaria del puerto. No hay árboles, solo montaña desnuda, apenas nieve tardía y rampas que no bajan del 8%.
Las curvas de herradura se suceden, dejando panorámicas impresionantes hacia el valle. La fatiga empieza a pesar y cada pedalada se vuelve más pesada. Es un final que se hace largo.
A 3 kms para coronar, los porcentajes tienen un 8-10%, que progresivamente irá disminuyendo hasta la cima. Pasaremos por el largo túnel de la imagen, perfectamente acondicionado.
La carretera se estrecha ligeramente en algunos tramos, aunque siempre con buen firme, y sigue trepando a base de largas rectas inclinadas.
El último km alterna rampas entre el 6-7%, ya con visión del núcleo de deportes de invierno y ocio, para finalmente coronar a una altura de 2017 m, junto a los remontes de la estación de esquí. Un entorno alpino puro, remoto, con vistas espectaculares y una recompensa bien merecida.

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