COL DE LA LAUZE (por Lavelanet)

El Col de la Lauze (944 m), en la región de Ariège (Pirineos franceses), es un paso corto y modesto en comparación con otros grandes colosos pirenaicos, pero con encanto cicloturista. Se sitúa muy cerca del Col de Montségur, por lo que suele enlazarse en rutas ciclistas locales y travesías de media montaña.
Aunque no ha tenido protagonismo en el Tour de Francia, forma parte de un entorno donde sí han brillado puertos como el propio Montségur o el Plateau de Beille. Su interés radica en ser un puerto de transición, ideal para encadenados, con un trazado progresivo que combina largos tramos suaves con un desenlace más exigente en los últimos kms.

📊Altimetría

  • Longitud: 11,0 km

  • Pendiente media: 3,9 %

  • Desnivel total: 421 m

  • Orientación: Noreste

  • Características: Subida de transición, con un inicio muy suave y un tramo final más exigente que alcanza rampas del 8-9 % antes de coronar. Ideal para cicloturistas y como encadenado con el Montségur. Su vertiente opuesta, por Celles, es más larga y muy irregular.

Fuente: cyclingcols
La ascensión comienza en Lavelanet (523 m) con una pendiente muy suave del 2%, prácticamente sin dificultad, ideal para calentar antes de entrar en la subida real.
Entre los kms 1 y 3 la pendiente oscila entre el 2 y el 3%, con carretera ancha y buen firme, lo que permite rodar con comodidad.
Hasta Les Chalubets, el porcentaje sigue estable en torno al 2-3%, más parecido a un falso llano ascendente que a un puerto de montaña.
En el tramo de Villeneuve-d’Olmes, la pendiente se mantiene en un 3 %, todavía muy accesible y con un entorno rural agradable. Giramos a la izquierda siguiendo la D9.
Entre los kms 5 y 7 la subida gana algo de regularidad, con pendientes constantes al 3-4 %, aunque aún se trata de un sector asequible.
A la altura de Montferrier (km 7,5), el puerto cambia de tono: las rampas se endurecen hasta el 5%, marcando el inicio de la parte selectiva.
Al final de la localidad lineal nos desviamos por la D209, dejando a la izquierda el col de Montségur. Progresivamente aumenta la pendiente.
A aproximadamente 4,5 kms para coronar, la pendiente se sitúa entre el 6 y el 7%, transitando por una vía recta y muy estrecha.
El tramo más duro se localiza a falta de 3 km, donde la carretera alcanza el 8-9 %, el punto clave para romper el ritmo de quien llega sin reservas.
Una vez finalizada la larga recta, pasada la localidad, entramos en una zona boscosa y agrícola, donde pasaremos por varias curvas de herradura.
Tras superar el pico de dureza, el puerto suaviza ligeramente con tramos al 5%, lo que permite recuperar algo de aire.
En el último km, la pendiente baja aproximadamente hasta el 4%, ofreciendo un final más llevadero antes de coronar.
La cima del Col de la Lauze (944 m) llega tras 11 km de ascenso progresivo, con un desenlace atractivo gracias al contraste entre la suavidad inicial y la dureza final.

COL DE MONTSÉGUR (por Lavelanet)

El Col de Montségur (1055 m), situado en los Pirineos franceses, en la región de Ariège, es un puerto cargado de historia y simbolismo. Coronado por el famoso castillo cátaro de Montségur, ofrece un escenario único donde naturaleza, patrimonio y ciclismo se dan la mano.
En el Tour de Francia, el col ha aparecido en varias ocasiones, sirviendo de paso antes de los Pirineos más duros, y siempre ofreciendo un marco espectacular. En 2019 fue protagonista en la etapa que acabó en Foix-Prat d’Albis, consolidando su lugar como ascensión de transición en la ruta del Tour.

📊Altimetría

  • Longitud: 11,0 km

  • Pendiente media: 4,8%

  • Desnivel total: 541 m

  • Orientación: Noreste

  • Características: Una subida progresiva, con inicio suave, tramos intermedios muy llevaderos y un final más selectivo que supera el 7-8 %. Ideal para escapadas y cicloturismo, con tráfico reducido y excelentes panorámicas hacia el castillo de Montségur. Asimismo, la vertiente oeste desde Bélestras presenta 14,7 km al 3,8 % de media. Es un ascenso mucho más irregular, con un inicio muy tendido y un final que concentra la dificultad, con tramos constantes al 7-8 % en los últimos 5 kms. 

Fuente: cyclingcols
El puerto arranca en Lavelanet (523 m), con pendientes muy suaves en torno al 2%, lo que permite un inicio cómodo para coger ritmo sin grandes exigencias.
Hasta el km 2,5 las rampas se mantienen constantes entre el 2 y el 3%, un tramo perfecto para rodadores y grupos que quieran posicionarse bien antes de la subida real.
A la altura de Les Chalubets, la pendiente se estabiliza en un 3 % sostenido, todavía sin grandes dificultades, aunque ya comienza la sensación de estar ascendiendo.
El paso por Villeneuve-d’Olmes (km 4-5) mantiene la suavidad, con un 3-4 %, ideal para recuperar fuerzas o aumentar el ritmo si se busca un ataque temprano. Giramos a la izquierda siguiendo la D9.
Entre los kms 5 y 7, la pendiente ronda el 3-4 % constante, en un entorno boscoso que aporta sombra y frescor en verano, muy atractivo para el cicloturista.
En Montferrier (km 7,5), la pendiente sube progresivamente al 5 %, marcando el inicio de la parte más seria de la ascensión.
A partir de aquí, el terreno se endurece con rampas al 6-7 %, y la carretera se estrecha ligeramente, creando un ambiente más montañoso y pintoresco. Dejamos a la derecha el desvío al col de la Lauze.
Sin duda, los últimos 4 kms es el sector más exigente del paso, con una media total del 8,5% hasta coronar, rodando por una vía siempre ancha y con dos curvas cerradas y enlazadas.
En el tramo donde se encuentra el desvío a Borde de Bas–Mont d’Olmes, el puerto se vuelve más exigente, con rampas del 7-9% y que irán aumentando en cuanto a porcentaje.
En los últimos 3 km, la pendiente apenas baja del 7%, con picos del 8-10% que ponen a prueba a los ciclistas y dan carácter a esta subida.
El penúltimo km es uno de los más exigentes, con medias en torno al 9%. La vía bordea una colina hasta llegar a ver el castillo de Montségur.
El puerto culmina en el Col de Montségur (1055 m) tras un último km al 7%, con vistas privilegiadas del castillo y del valle, recompensa perfecta al esfuerzo.

PASSO DI MONTE GIOVO/ JAUFENPASS (por Gasteig/ Casateia)

El Passo di Giovo (2094 m) es una de las grandes ascensiones del Tirol del Sur, uniendo el valle de Isarco con el valle de Passiria. Su carretera panorámica, estrecha y serpenteante, atraviesa bosques, praderas alpinas y zonas de alta montaña, ofreciendo al ciclista un escenario de enorme belleza natural. Aunque no alcanza la altitud de otros gigantes alpinos, el paso destaca por su regularidad, la exigencia de su pendiente y su papel estratégico en los enlaces entre los grandes puertos del Tirol.
En la historia del Giro de Italia, el Jaufenpass ocupa un lugar interesante desde su primera inclusión en 1961, cuando Jacques Anquetil y Charly Gaul luchaban por la maglia rosa en aquellas etapas alpinas memorables. Desde entonces, el puerto se ha convertido en un paso recurrente, utilizado en numerosas ediciones como puerto de enlace antes de colosos como el Passo Pennes o el Passo Rombo. A lo largo de los años, corredores de la talla de Franco Chioccioli, Claudio Chiappucci o Gilberto Simoni han pasado en cabeza por sus rampas, dándole al puerto un aura épica en la alta montaña.
Su posición estratégica en la geografía alpina lo ha convertido en un clásico tanto para la competición como para el cicloturismo. Hoy en día, es uno de los grandes destinos para los amantes de la bicicleta, con ambas vertientes (Vipiteno y San Leonardo) ofreciendo esfuerzos prolongados, pendientes constantes y un entorno alpino de gran belleza. Para el cicloturista, afrontar el Jaufenpass supone entrar en el corazón de los Alpes del Tirol del Sur, en rutas que suelen combinarse con otros puertos míticos como el Passo Pennes o el Passo Rombo.

Fuente: cyclingcols
📊Altimetría por Gasteig/ Casateia

  • Longitud: 15,5 km

  • Pendiente media: 7,1 %

  • Desnivel total: 1.107 m

  • Orientación: Sureste

Se trata de una ascensión larga y exigente, muy constante en su trazado, con pocos descansos y varias rampas duras que superan el 10%. Es un puerto de ritmo, donde la gestión del esfuerzo resulta fundamental para coronar en buenas condiciones. Asimismo, la vertiente desde San Leonardo in Passiria es la más larga y algo más dura. Se trata de una subida muy constante, con largas secciones en torno al 7-8%, sin apenas descansos. 
Con una orientación hacia el sureste, partimos desde Vipiteno/Sterzing, pasando de la SS12 a la SS44, por una vía ancha, en perfecto estado y con bastante tráfico.
El inicio dirección Gasteig/Casateia es engañoso, con rampas suaves en los primeros metros que permiten calentar, pero pronto la carretera se empina y marca el carácter exigente del puerto.
Entre el km 1 y 3, la pendiente se estabiliza en torno al 7-8%, sin apenas respiros. Desde este tramo ya se percibe la regularidad del Jaufenpass, sin tregua para recuperar.
A la altura de Burgumhof, la carretera se estrecha ligeramente y comienza una sucesión de curvas de herradura que acompañará gran parte del ascenso, ofreciendo un ritmo muy constante.
Del km 4 al 6, la pendiente sigue firme en el 7-8%, rodeada de densos bosques alpinos. El paisaje se va cerrando y la sensación es de estar adentrándose en plena montaña.
Pasado el km 6, el puerto muestra algunas rampas más duras que rozan el 9%, aunque siempre dentro de una regularidad que lo hace escalable, ideal para mantener un paso constante.
En la zona de Calice/Kalch, alrededor del km 7-8, aparecen los primeros claros en el bosque, con vistas al valle de Isarco y a las cumbres circundantes, lo que da un respiro visual al esfuerzo.
La segunda mitad de la ascensión mantiene la tónica: pendientes sólidas en torno al 7-8%, sin falsos llanos. La dificultad está en la continuidad, pues casi nunca baja del 6%.
Alrededor del km 9, la carretera describe nuevas curvas cerradas que ayudan a gestionar la dureza del puerto. Estas lazadas, entre denso bosque de abetos, se convierten en tramos icónicos del Jaufenpass.
Hacia el km 10-11, se alcanzan los sectores más exigentes con puntas del 8-9%, donde el cansancio empieza a acumularse y obliga a una gestión inteligente del desarrollo.
Cerca del desvío al núcleo de Kalcheralm, aproximadamente en el km 12, se atraviesan zonas más abiertas, con praderas alpinas y vistas que anuncian la cercanía de la alta montaña. La pendiente no concede tregua.
El tramo final, del km 13 al 15, se endurece con varias rampas en torno al 8-9 %, donde la altitud y el esfuerzo prolongado hacen mella en las piernas del ciclista.
En este sector, la carretera serpentea con curvas de herradura espectaculares, ofreciendo una panorámica de gran belleza sobre el valle de Vipiteno y las montañas del Tirol del Sur.
El puerto no presenta grandes descansos, lo que lo convierte en un ascenso de pura resistencia, muy diferente a otros pasos alpinos que alternan rampas con falsos llanos.
A medida que se aproxima la cima, la vegetación se va despejando y la montaña se muestra en toda su magnitud, creando un ambiente de alta montaña que incrementa la épica del ascenso.
Coronamos el Passo di Giovo a una altura de 2094 m, en una zona amplia y panorámica, con vistas privilegiadas hacia ambas vertientes. El ciclista alcanza aquí uno de los grandes balcones alpinos del Tirol, coronando tras un esfuerzo largo, constante y exigente.

PASSO DI PENNES/ PENSERJONCH (por Vipiteno/ Sterzing)

El Passo di Pennes/ Penserjonch (2211 m) se sitúa en pleno corazón del Tirol del Sur, enlazando el valle de Isarco con el Sarntal. Es un puerto muy alpino, rodeado de praderas altas y con panorámicas abiertas desde media ascensión, lo que le da un aire de gran montaña. Aunque menos mediático que otros pasos cercanos, su dureza y belleza lo convierten en un tesoro para el cicloturismo.
En el Giro de Italia ha tenido presencia en varias ediciones, siendo protagonista en 2019 (aunque sin clasificación de puerto), y antes en 2009, cuando formó parte de una durísima jornada de alta montaña. A lo largo de los años, el Pennes ha sido paso de transición en etapas que buscaban desgaste antes de los grandes colosos, aunque para los cicloturistas es mucho más que eso: una carretera solitaria, paisajística y con una exigencia constante que lo convierte en un desafío inolvidable.

📊 Altimetría general – Vipiteno (vertiente norte)

  • Longitud: 15,8 km

  • Pendiente media: 8%

  • Desnivel total: 1271 m

  • Orientación: Sur

Ascensión de gran regularidad, con una primera parte algo más suave y un tramo central y final muy exigente, con largas secciones al 8-10%. El puerto no ofrece descansos, lo que incrementa la sensación de dureza. Asimismo, la vertiente sur desde Bolzano y el valle de Sarentino es más larga y tendida que la del norte, aunque acumula mucho desnivel. La ascensión alterna falsos llanos y tramos suaves con sectores más exigentes al 7-8%, lo que la hace muy irregular y propicia para ataques sorpresa.
Fuente: cyclingcols
La salida desde Vipiteno por la SS508 (945 m) arranca en un ambiente urbano, con pendientes muy suaves que permiten calentar sin gastar demasiadas fuerzas.
Tras el primer km, la carretera se estrecha y gana inclinación, situándose ya en el 5-6%, preludio de lo que será el tono general de la subida. El ambiente es boscoso, con vistas al valle del Isarco.
Entre el km 3 y 5 aparecen rampas más duras, llegando al 10-11% en algún punto, obligando a entrar en ritmo de ascenso serio. Son algo más de 2 kms duros y regulares, sin tregua.
La carretera mantiene un trazado bastante rectilíneo, con pocas curvas de herradura, lo que acentúa la sensación de monotonía y esfuerzo continuo. La pendiente se estabiliza en el 8-9%.
El tránsito por Egg/Dosso supone un ligero respiro visual, con vistas al valle, pero la pendiente no baja del 7%.
La vía gira a partir del desvío a esta pequeña localidad hacia el suroeste, transitando por zona de bosque bastante espesa.
A medida que se asciende, los bosques empiezan a clarear, abriéndose a paisajes más amplios y panorámicas espectaculares sobre el valle del Isarco.
Los kms intermedios se convierten en un terreno psicológico: no hay descansos y la pendiente rara vez baja del 8%.
El trazado carece de grandes curvas cerradas, y en su lugar ofrece rampas directas que ponen a prueba la capacidad de mantener un pedaleo constante. Las cuatro únicas, casi enlazadas, se encuentra a unos 5 kms para coronar, punto de inflexión para endurecer los kms finales.
A partir del km 11, el puerto se endurece aún más con rampas que alcanzan el 10%, coincidiendo con una carretera más solitaria.
El tramo que conduce hacia el desvío de Berglalm es uno de los más exigentes, con largas rectas y una pendiente que no da tregua.
En los dos últimos kms se mantienen rampas del 9-10%, en un ambiente de alta montaña, ya por encima de los 2000 m de altitud.
La vegetación desaparece casi por completo, dejando paso a praderas alpinas y un entorno abierto donde el viento puede influir. Es un final intenso y que se hace largo, con referencia visual del albergue Alpenrosenhof en la cima.
La cima del Passo di Pennes (2211 m) se alcanza en un collado abierto y panorámico, donde la sensación de aislamiento y grandeza alpina recompensa todo el esfuerzo previo. En nuestro caso, desgraciadamente, se presentó una fuerte tormenta.

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