COL DE MANTET (por Vilafranca de Conflent)

El Col de Mantet es uno de los grandes puertos escondidos del Pirineo Oriental francés, situado en la región del Rosellón, dentro del macizo del Canigó. Su ascenso parte desde las inmediaciones de Vilafranca de Confent, en el valle del Têt, y se prolonga durante más de 21 kilómetros hasta alcanzar la pequeña y aislada localidad de Mantet, a 1734 metros de altitud. El puerto combina un inicio amable y rodador con un tramo final de extrema dureza, lo que lo convierte en una de las ascensiones más exigentes y desconocidas de la cordillera pirenaica.
La carretera, estrecha y de carácter secundario, se adentra en un entorno natural de gran belleza, prácticamente libre de tráfico, donde los ciclistas encuentran un ambiente de calma y aislamiento. Tras los primeros kilómetros suaves, el puerto va ganando exigencia de manera progresiva: al pasar por Sahorre, las rampas se vuelven más sostenidas, y al alcanzar Py, a mitad de la subida, se desencadena el verdadero desafío. Desde aquí hasta la cima, la pendiente no baja del 10 % en muchos tramos, con durísimas rampas que alcanzan el 16%, encadenadas sin apenas descansos. La dureza final, sumada al firme irregular y a la altitud, hace del Col de Mantet un puerto de resistencia máxima, que exige un esfuerzo muy superior al que su pendiente media del 6 % podría hacer pensar. Su carácter salvaje, el silencio de la montaña y la espectacularidad del paisaje alpino lo convierten en una experiencia única para el cicloturista.

📊Altimetría

  • Longitud: 21,3 km

  • Desnivel total: 1.310 m

  • Pendiente media: 6,1%

  • Pendiente máxima: 16%

  • Altitud máxima: 1734 m

  • Orientación: Sur – Norte

  • Puerto largo, con inicio suave, un tramo central sostenido y un durísimo final con rampas constantes entre el 10-15 %, lo que lo convierte en uno de los ascensos más exigentes del Pirineo Oriental.

Fuente: Ramacabici
Partimos de la bonita población fortificada de Vilafranca de Conflent, con una orientación hacia el norte, pasando de la vía D66 a la D6 dirección Mantet.
En este sentido, su inicio se sitúa a las afueras de la localidad citada, a apenas 450 m de altitud, lo que garantiza un largo ascenso con un desnivel muy considerable. Es uno de los puertos más duros de la Catalunya Nord.
Los primeros kms son suaves, con porcentajes entre el 2-4%. Transitamos por una vía estrecha y rugosa, entre campos de cultivo y zona boscosa. Pasamos por la población de Fuilla.
La vía tiene un trayecto paralelo al río La Rotjà, y esta lo cruza varias veces con sendos puentes. En el km 4-5 aumenta ligeramente la pendiente al 4-5%. 
Esta dinámica continua hasta Sahorre (km 7). A partir de esta población la pendiente se vuelve más consistente, con tramos al 5-6 %, aunque todavía sin grandes dificultades.
La carretera es estrecha y muy tranquila, con tráfico casi inexistente, lo que hace que el ascenso tenga un marcado carácter cicloturista y natural.
A partir de Py (km 12) comienza lo más exigente: la pendiente supera el 10% en numerosas ocasiones y aparecen rampas máximas que alcanzan el 16%.
A poco más de 8 kms para coronar, entramos en la fase final del paso. Un auténtico reto donde tendremos que superar cerca de 800 metros de desnivel, con numerosos porcentajes por encima del 10%.
El tramo intermedio (km 13-16) es demoledor, con una secuencia de rampas del 12-15%, sin descansos, que obligan a un esfuerzo máximo.
Las vistas del valle son espectaculares en esta parte, aunque la dureza hace que sea difícil levantar la cabeza del manillar.
El firme de la carretera es irregular, estrecho y con tramos rugosos, lo que aumenta la sensación de dureza, especialmente en las rampas más duras.
En el km 17 se mantiene la pendiente alrededor del 10%, sin ofrecer respiro, lo que convierte al Mantet en un puerto de resistencia extrema.
La parte final encadena kms al 9-11 %, con puntas de hasta el 16%, un muro casi continuo que exige desarrollo corto y una cadencia constante.
La altitud incrementa el desgaste, ya que el esfuerzo en altura y la falta de sombra endurecen aún más el tramo decisivo. El final consta de 8 impresionantes curvas de herradura.
El pueblo de Mantet, situado en un rincón remoto del Pirineo, marca el final del ascenso y añade un aire épico al puerto, con el macizo del Canigó hacia el sur.
Pese a su dureza, el Col de Mantet nunca ha sido incluido en el Tour de Francia, aunque sí en marchas cicloturistas y como entrenamiento de ciclistas locales.
Es considerado por muchos como uno de los ascensos más duros del Pirineo Oriental, comparable en exigencia a colosos cercanos como PailhèresComa Morera, por su irregularidad y final explosivo.

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