PUERTO DE HERRERA (por Leza)

El Puerto de Herrera es uno de los pasos de montaña más emblemáticos de la Sierra de Cantabria, frontera natural entre Álava y La Rioja. Este puerto, con un carácter abrupto y paisajístico inconfundible, conecta el valle del Ebro con la Montaña Alavesa, ofreciendo una panorámica espectacular sobre los viñedos de la Rioja Alavesa y los montes del Parque Natural de Izki.
Su cumbre, presidida por el mirador del puerto, permite contemplar amplias vistas de la depresión del Ebro y las cumbres que marcan la divisoria entre ambas provincias. Es una ascensión apreciada tanto por ciclistas como por excursionistas por su belleza, su trazado y su dureza concentrada en pocos kms. Asimismo, el paso se ha ascendido varias veces en la Vuelta a España.

📊 Altimetría

  • Altitud máxima: 1.107 m

  • Distancia total: 7,1 km

  • Desnivel positivo: 535 m

  • Pendiente media: 7,7%

  • Pendiente máxima (500 m): 14%

  • Rampa máxima (200 m): 17,6%

  • Coeficiente APM: 145 aprox.

  • Carretera: estrecha pero en buen estado, con asfalto rugoso y sin apenas tráfico.

  • Sombras: escasas al inicio, más presentes en la parte alta.

  • Orientación: suroeste, con buena exposición al viento en la zona final. Rodamos por la A-2124.

Fuente: Blog de Alejandro San Vicente
Salida en Leza (572 m): el puerto arranca junto al núcleo de Leza, entre viñedos y muros de piedra, con una pendiente suave que sirve de calentamiento antes de entrar en la sierra.
Primer km (5%): la carretera gana altura de forma progresiva mientras se dejan atrás las últimas casas del pueblo y se adentra entre campos y matorrales.
Cruce con la A-124: la pendiente ronda el 4–5%, un tramo cómodo antes de que la carretera empiece a estrecharse y la montaña se cierre sobre el valle.
Cambio de ritmo (6,5%): a medida que se avanza, las rampas se endurecen y comienzan las primeras curvas de herradura, preludio del tramo central.
Zona dura (9–14%): el asfalto se empina bruscamente, con un kilómetro entero que supera el 10% y picos del 14%, una de las secciones más exigentes.
Respiro corto (4%): un breve descanso tras el muro anterior permite recuperar el aliento antes de afrontar el tramo final del puerto.
Rampa al 8,5%: la carretera vuelve a empinarse con firmeza entre encinas y pinos, ganando altura de forma constante.
Entrando en la zona alta (10%): el paisaje cambia, aparecen las primeras vistas sobre el valle del Ebro y la carretera se hace más sinuosa, con bonitas curvas de herradura.
Rampas del 11%: tramo exigente que exige esfuerzo sostenido, con curvas cerradas y un entorno cada vez más rocoso.
Bosque alto (7,6%): la pendiente sigue siendo intensa, pero la sombra de los árboles y el aire fresco de la sierra ayudan a mantener el ritmo.
Últimos kilómetros (8–9%): el trazado serpentea entre cortas rampas y falsos llanos, anunciando la cercanía del mirador.
Coronación (1.107 m): se llega al mirador del Puerto de Herrera, con una vista panorámica espectacular sobre los valles riojanos y las montañas alavesas, recompensa perfecta a una subida corta, pero de carácter imponente.

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