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PASSO PINEI/ PAINDERSATTEL (por Castelrotto)

El Passo Pinei (1444 m), conocido en alemán como Panidersattel, es un puerto de montaña que conecta los valles de Val Gardena (Gröden) y Val d’Isarco (Eisacktal), en pleno corazón del Tirol del Sur. Desde Castelrotto (Kastelruth), la vertiente occidental ofrece una ascensión corta, pero muy constante, típica de los Dolomitas más bajos, donde los desniveles se concentran en pocos kilómetros.
La subida se desarrolla en un entorno alpino de praderas, bosques de abetos y vistas abiertas hacia el macizo del Sciliar (Schlern), una de las montañas más icónicas del Alto Adigio. Aunque no es una ascensión larga, la pendiente mantenida y la falta de descansos la convierten en una subida exigente, especialmente para cicloturistas menos habituados al ritmo constante de las rampas del 7–9 %. En la cima, el paso ofrece un mirador natural hacia el Sella, el Sassolungo y las cumbres del Gruppo del Catinaccio, con un ambiente sereno y típicamente tirolés.

📊 Altimetría

  • Distancia: 5,2 km

  • Desnivel: 394 m

  • Pendiente media: 7,5 %

  • Rampas máximas: 10 %

  • Cota de inicio: 1.050 m

  • Cota de cima: 1.444 m

  • Orientación: Este-noreste, protegida parcialmente del viento por la vegetación.

  • Trazado: Carretera ancha, con buen firme y curvas amplias; tráfico moderado en temporada alta.

Salida en Castelrotto (1.050 m), por la SP64, con un inicio directo y sin transición, con rampas del 7–8 % que atraviesan las primeras casas del pueblo; el asfalto es excelente.
Primer kilómetro (0–1 km): tramo muy constante, con pendientes que oscilan entre el 7 y el 9 %, típico de los accesos dolomíticos; entorno boscoso y con amplias vistas a la izquierda hacia el Sciliar.
Del km 1 al 2: la carretera mantiene el ritmo, pero suaviza ligeramente (6–7 %), atravesando una zona de praderas alpinas y pastos donde el trazado se abre.

Zona de respiro (km 2–2,5): el único descanso real, con pendientes del 3 %, que permite recuperar el ritmo antes del tramo central más exigente.
Kilómetro 3: subida regular al 5 %, donde se empieza a intuir el cambio de vegetación y el paisaje se cierra de nuevo con bosque de abetos.
Tramo más duro (km 3,5–4,2): el puerto muestra su carácter con rampas del 8 al 10 %, sostenidas y sin curvas amplias; exige potencia y concentración.
Km 4,2–4,7: ligera bajada de intensidad al 7 %, la carretera serpentea suavemente y gana altura con buenas vistas sobre el valle del Isarco.
Últimos 500 metros: pendiente estable al 7 %, el entorno se despeja y aparece la amplia explanada del Passo Pinei, donde se ubica un pequeño aparcamiento y un mirador.
Cima del puerto (1.444 m): paso abierto y panorámico, con vistas majestuosas hacia el Sassolungo y el Alpe di Siusi; la sensación de altura es notable pese a su corta longitud.
Ambiente y simbolismo: el Pinei actúa como punto de transición entre dos culturas —la germánica del Val Gardena y la italiana del Isarco—, reflejando la identidad bilingüe y la armonía paisajística del Tirol del Sur.

PASSO DI RESIA/ RESCHENPASS (por Sluderno/ Schluderns)

El Passo di Resia (Reschenpass, 1504 m) es uno de los puertos más transitados y emblemáticos del Tirol del Sur, famoso por su vertiente que asciende desde el valle de Venosta. Más allá de ser un paso alpino fronterizo entre Italia y Austria, estratégico y muy transitado, tiene un fuerte componente histórico y cultural, pues ha sido vía de comunicación entre el norte y el sur de Europa desde la época romana. Hoy en día es un puerto ancho, con un tráfico importante, pero también con rincones de gran belleza natural, como el Lago di Resia, con su icónico campanario sumergido.
Desde el punto de vista cicloturista, no es un puerto extremo, sus más de 25 km de longitud y tramos mantenidos por encima del 5% en su primera mitad le dan carácter y dureza acumulada, especialmente en rutas largas. Su vertiente desde Sluderno (Schluderns) es la más utilizada en ciclismo, ofreciendo un ascenso progresivo hasta la frontera austriaca, en un entorno abierto y panorámico. El paso ha tenido presencia en el Giro de Italia, generalmente como puerto de paso en etapas de gran kilometraje alpino, siendo un punto de enlace hacia los grandes colosos de la región como Stelvio, Umbrail o incluso Ofenpass.

📈 Altimetría

  • Longitud: 25,3 km

  • Desnivel: 632 m

  • Altitud máxima: 1.504 m

  • Pendiente media: 2,3%

  • Pendiente máxima: 7-8% 

  • Características: puerto muy tendido, con una primera parte más exigente hasta superar Burgusio, y luego un largo falso llano hasta la cima. Rodamos por la SS40 con mucho tráfico o es posible también por carril bici.

Fuente: cyclingcols
El inicio en Sluderno (Schluderns, a 915 m) ya plantea pendientes en torno al 5-6%, marcando un arranque sostenido en carretera ancha y con bastante tránsito.
Los primeros 3-4 km son los más regulares del inicio, con rampas al 5% que permiten entrar en ritmo sin grandes cambios de pendiente.
La carretera va ganando altitud sobre el valle del Adigio, ofreciendo buenas vistas a los viñedos y campos que tapizan la ladera.
Hacia Malles (Mals), las rampas siguen siendo serias, manteniendo medias del 4-5%, lo que da cierta sensación de estar en un puerto clásico alpino.
Cabe tener en cuenta que la vía SS20, bastante peligrosa, con mucho tráfico pesado y sin arcén, de manera que hay un carril bici con un recorrido por las poblaciones interesante.
Tras superar la zona urbana, la carretera se endurece puntualmente, con alguna rampa que roza el 7-8%, lo más exigente del puerto, con enormes curvas que remontan el valle.
A la altura de Burgusio (Burgeis), el puerto entra en su tramo más interesante, con curvas amplias y pendiente estable alrededor del 5%.
La zona de Slingia y Monteplair ya presenta falsos llanos, con pendientes del 2-3%, que permiten rodar con más facilidad.
Una vez llegamos a la población de Casa dei Percatori, donde se encuentra un primer lago, el lago della Muta. Los porcentajes disminuyen completamente.
A partir de aquí, la sensación cambia: más que un puerto de montaña, parece un largo repecho alpino, con largas rectas y muy poca dureza.
Visualmente, vemos la diga del embalse de Resia y en breve podremos observar el gran lago, con la vía en el margen derecho.
A partir de aquí, la sensación cambia: más que un puerto de montaña, parece un largo repecho alpino, con largas rectas y muy poca dureza.
El entorno es amplio y despejado, siguiendo el curso del valle, con paisajes de gran amplitud típicos del Tirol del Sur. La vía pasa por varios cortos túneles.
La llegada al Lago di Resia es el gran aliciente: un entorno espectacular con el famoso campanario emergiendo de sus aguas.
En el sector del campanario sumergido en el lago, hay un tramo prohibido para las bicicletas, de manera que tenemos que seguir el carril bici y salir hacia el norte por el aparcamiento de nuevo a la SS20.
En el último tercio del ascenso, entre San Valentino alla Muta y el lago, la pendiente se vuelve casi inexistente, oscilando entre 0% y 2%.
La cima del Passo di Resia (1504 m) se alcanza tras un falso llano que apenas parece un puerto, pero con el atractivo de ser una gran vía de comunicación alpina y un punto cargado de historia.

PASSO DI MONTE GIOVO/ JAUFENPASS (por Gasteig/ Casateia)

El Passo di Giovo (2094 m) es una de las grandes ascensiones del Tirol del Sur, uniendo el valle de Isarco con el valle de Passiria. Su carretera panorámica, estrecha y serpenteante, atraviesa bosques, praderas alpinas y zonas de alta montaña, ofreciendo al ciclista un escenario de enorme belleza natural. Aunque no alcanza la altitud de otros gigantes alpinos, el paso destaca por su regularidad, la exigencia de su pendiente y su papel estratégico en los enlaces entre los grandes puertos del Tirol.
En la historia del Giro de Italia, el Jaufenpass ocupa un lugar interesante desde su primera inclusión en 1961, cuando Jacques Anquetil y Charly Gaul luchaban por la maglia rosa en aquellas etapas alpinas memorables. Desde entonces, el puerto se ha convertido en un paso recurrente, utilizado en numerosas ediciones como puerto de enlace antes de colosos como el Passo Pennes o el Passo Rombo. A lo largo de los años, corredores de la talla de Franco Chioccioli, Claudio Chiappucci o Gilberto Simoni han pasado en cabeza por sus rampas, dándole al puerto un aura épica en la alta montaña.
Su posición estratégica en la geografía alpina lo ha convertido en un clásico tanto para la competición como para el cicloturismo. Hoy en día, es uno de los grandes destinos para los amantes de la bicicleta, con ambas vertientes (Vipiteno y San Leonardo) ofreciendo esfuerzos prolongados, pendientes constantes y un entorno alpino de gran belleza. Para el cicloturista, afrontar el Jaufenpass supone entrar en el corazón de los Alpes del Tirol del Sur, en rutas que suelen combinarse con otros puertos míticos como el Passo Pennes o el Passo Rombo.

Fuente: cyclingcols
📊Altimetría por Gasteig/ Casateia

  • Longitud: 15,5 km

  • Pendiente media: 7,1 %

  • Desnivel total: 1.107 m

  • Orientación: Sureste

Se trata de una ascensión larga y exigente, muy constante en su trazado, con pocos descansos y varias rampas duras que superan el 10%. Es un puerto de ritmo, donde la gestión del esfuerzo resulta fundamental para coronar en buenas condiciones. Asimismo, la vertiente desde San Leonardo in Passiria es la más larga y algo más dura. Se trata de una subida muy constante, con largas secciones en torno al 7-8%, sin apenas descansos. 
Con una orientación hacia el sureste, partimos desde Vipiteno/Sterzing, pasando de la SS12 a la SS44, por una vía ancha, en perfecto estado y con bastante tráfico.
El inicio dirección Gasteig/Casateia es engañoso, con rampas suaves en los primeros metros que permiten calentar, pero pronto la carretera se empina y marca el carácter exigente del puerto.
Entre el km 1 y 3, la pendiente se estabiliza en torno al 7-8%, sin apenas respiros. Desde este tramo ya se percibe la regularidad del Jaufenpass, sin tregua para recuperar.
A la altura de Burgumhof, la carretera se estrecha ligeramente y comienza una sucesión de curvas de herradura que acompañará gran parte del ascenso, ofreciendo un ritmo muy constante.
Del km 4 al 6, la pendiente sigue firme en el 7-8%, rodeada de densos bosques alpinos. El paisaje se va cerrando y la sensación es de estar adentrándose en plena montaña.
Pasado el km 6, el puerto muestra algunas rampas más duras que rozan el 9%, aunque siempre dentro de una regularidad que lo hace escalable, ideal para mantener un paso constante.
En la zona de Calice/Kalch, alrededor del km 7-8, aparecen los primeros claros en el bosque, con vistas al valle de Isarco y a las cumbres circundantes, lo que da un respiro visual al esfuerzo.
La segunda mitad de la ascensión mantiene la tónica: pendientes sólidas en torno al 7-8%, sin falsos llanos. La dificultad está en la continuidad, pues casi nunca baja del 6%.
Alrededor del km 9, la carretera describe nuevas curvas cerradas que ayudan a gestionar la dureza del puerto. Estas lazadas, entre denso bosque de abetos, se convierten en tramos icónicos del Jaufenpass.
Hacia el km 10-11, se alcanzan los sectores más exigentes con puntas del 8-9%, donde el cansancio empieza a acumularse y obliga a una gestión inteligente del desarrollo.
Cerca del desvío al núcleo de Kalcheralm, aproximadamente en el km 12, se atraviesan zonas más abiertas, con praderas alpinas y vistas que anuncian la cercanía de la alta montaña. La pendiente no concede tregua.
El tramo final, del km 13 al 15, se endurece con varias rampas en torno al 8-9 %, donde la altitud y el esfuerzo prolongado hacen mella en las piernas del ciclista.
En este sector, la carretera serpentea con curvas de herradura espectaculares, ofreciendo una panorámica de gran belleza sobre el valle de Vipiteno y las montañas del Tirol del Sur.
El puerto no presenta grandes descansos, lo que lo convierte en un ascenso de pura resistencia, muy diferente a otros pasos alpinos que alternan rampas con falsos llanos.
A medida que se aproxima la cima, la vegetación se va despejando y la montaña se muestra en toda su magnitud, creando un ambiente de alta montaña que incrementa la épica del ascenso.
Coronamos el Passo di Giovo a una altura de 2094 m, en una zona amplia y panorámica, con vistas privilegiadas hacia ambas vertientes. El ciclista alcanza aquí uno de los grandes balcones alpinos del Tirol, coronando tras un esfuerzo largo, constante y exigente.

PASSO DI PENNES/ PENSERJONCH (por Vipiteno/ Sterzing)

El Passo di Pennes/ Penserjonch (2211 m) se sitúa en pleno corazón del Tirol del Sur, enlazando el valle de Isarco con el Sarntal. Es un puerto muy alpino, rodeado de praderas altas y con panorámicas abiertas desde media ascensión, lo que le da un aire de gran montaña. Aunque menos mediático que otros pasos cercanos, su dureza y belleza lo convierten en un tesoro para el cicloturismo.
En el Giro de Italia ha tenido presencia en varias ediciones, siendo protagonista en 2019 (aunque sin clasificación de puerto), y antes en 2009, cuando formó parte de una durísima jornada de alta montaña. A lo largo de los años, el Pennes ha sido paso de transición en etapas que buscaban desgaste antes de los grandes colosos, aunque para los cicloturistas es mucho más que eso: una carretera solitaria, paisajística y con una exigencia constante que lo convierte en un desafío inolvidable.

📊 Altimetría general – Vipiteno (vertiente norte)

  • Longitud: 15,8 km

  • Pendiente media: 8%

  • Desnivel total: 1271 m

  • Orientación: Sur

Ascensión de gran regularidad, con una primera parte algo más suave y un tramo central y final muy exigente, con largas secciones al 8-10%. El puerto no ofrece descansos, lo que incrementa la sensación de dureza. Asimismo, la vertiente sur desde Bolzano y el valle de Sarentino es más larga y tendida que la del norte, aunque acumula mucho desnivel. La ascensión alterna falsos llanos y tramos suaves con sectores más exigentes al 7-8%, lo que la hace muy irregular y propicia para ataques sorpresa.
Fuente: cyclingcols
La salida desde Vipiteno por la SS508 (945 m) arranca en un ambiente urbano, con pendientes muy suaves que permiten calentar sin gastar demasiadas fuerzas.
Tras el primer km, la carretera se estrecha y gana inclinación, situándose ya en el 5-6%, preludio de lo que será el tono general de la subida. El ambiente es boscoso, con vistas al valle del Isarco.
Entre el km 3 y 5 aparecen rampas más duras, llegando al 10-11% en algún punto, obligando a entrar en ritmo de ascenso serio. Son algo más de 2 kms duros y regulares, sin tregua.
La carretera mantiene un trazado bastante rectilíneo, con pocas curvas de herradura, lo que acentúa la sensación de monotonía y esfuerzo continuo. La pendiente se estabiliza en el 8-9%.
El tránsito por Egg/Dosso supone un ligero respiro visual, con vistas al valle, pero la pendiente no baja del 7%.
La vía gira a partir del desvío a esta pequeña localidad hacia el suroeste, transitando por zona de bosque bastante espesa.
A medida que se asciende, los bosques empiezan a clarear, abriéndose a paisajes más amplios y panorámicas espectaculares sobre el valle del Isarco.
Los kms intermedios se convierten en un terreno psicológico: no hay descansos y la pendiente rara vez baja del 8%.
El trazado carece de grandes curvas cerradas, y en su lugar ofrece rampas directas que ponen a prueba la capacidad de mantener un pedaleo constante. Las cuatro únicas, casi enlazadas, se encuentra a unos 5 kms para coronar, punto de inflexión para endurecer los kms finales.
A partir del km 11, el puerto se endurece aún más con rampas que alcanzan el 10%, coincidiendo con una carretera más solitaria.
El tramo que conduce hacia el desvío de Berglalm es uno de los más exigentes, con largas rectas y una pendiente que no da tregua.
En los dos últimos kms se mantienen rampas del 9-10%, en un ambiente de alta montaña, ya por encima de los 2000 m de altitud.
La vegetación desaparece casi por completo, dejando paso a praderas alpinas y un entorno abierto donde el viento puede influir. Es un final intenso y que se hace largo, con referencia visual del albergue Alpenrosenhof en la cima.
La cima del Passo di Pennes (2211 m) se alcanza en un collado abierto y panorámico, donde la sensación de aislamiento y grandeza alpina recompensa todo el esfuerzo previo. En nuestro caso, desgraciadamente, se presentó una fuerte tormenta.

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