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MENDELPASS/ PASSO DELLA MENDOLA + PENEGAL (por Sopra di Sotto)

El Passo della Mendola/ Mendelpass (1363 m) es uno de los grandes pasos del Trentino-Alto Adige, histórico en la conexión entre Bolzano y el valle del Non. Aunque no es de los puertos más duros de los Alpes, su importancia estratégica lo ha convertido en habitual del ciclismo profesional y también en un reclamo turístico por su carretera panorámica, con sus largas rectas y caprichoso trazado. Al paso, le añadiremos el corto, pero duro ascenso al Monte Penegal.
En la historia del ciclismo, el Mendola ha estado presente en varias ediciones del Giro de Italia, generalmente como puerto de paso antes de las grandes cumbres de los Dolomitas. Entre los corredores que han dejado su huella en la cima destacan Massimo Podenzana (1997), Chepe González (2000), Alessandro Bertolini (2004), David López (2016) y su última inclusión en el Giro 2019. Aunque no siempre fue decisivo en la clasificación general, el Mendola se recuerda como un puerto donde se han formado escapadas importantes y donde los ciclistas ofensivos han encontrado terreno para intentar romper la carrera.

Altimetría Mendelpass/ Passo Mendola

  • Longitud: 14,8 km

  • Pendiente media: 6,4 %

  • Desnivel total: 954 m

  • Orientación: Este

Ascenso muy regular, con largos tramos en torno al 6-7 %, sin rampas extremas, lo que la convierte en un puerto de ritmo. La carretera es ancha y bien asfaltada, apta tanto para grandes grupos como para cicloturismo.
Fuente: cyclingcols
El ascenso arranca en Ganda di Sotto, pasando de la SS42 a la SP14, con pendientes suaves al 5%, que permiten coger ritmo sin excesivo desgaste.
Con una orientación hacia el oeste, rodamos por un gran paso de montaña con mucha circulación y carretera ancha y en buen estado. En el km 1,5 de ascenso dejamos a la izquierda la vertiente de Caldaro/ Kaldern.
Los primeros 2 km se mantienen constantes, entre el 5-6 %, atravesando pequeños núcleos habitados y con rectas amplias.
A partir del km 3, la pendiente sube al 6% y se estabiliza, lo que marca el tono del puerto: constante y sin sobresaltos.
Antes de pasar por el km 5 de ascenso aproximadamente, dejamos a la izquierda el desvío de nuevo a Caldero y San Nicolò.
Entre el km 5 y 7, el puerto se sitúa en torno al 6,5 %, con curvas abiertas que permiten una visión amplia del trazado.
Como se pueden observar en las imágenes, el asfalto es excelente y la carretera muy ancha, lo que lo hace ideal para grandes pelotones en carrera profesional.
Del km 7 al 9, la pendiente asciende al 7%, con la sensación de que la subida se va endureciendo progresivamente.
La fase final del paso es la más espectacular, después de una larga recta, pasamos a una secuencia impresionante de curvas de herradura y estrecheces, con vistas impresionantes del valle hasta coronar.
Entre los km 9 y 11, la dinámica en cuanto a dureza se mantiene, con porcentajes muy estables en todo momento entre el 6-7%.
Conforme nos acercamos a la cima del paso, tenemos referencia visual de donde acaba, aunque antes tendremos que pasar por este sinuoso final.
El penúltimo kilómetro mantiene esa tendencia al 6-7 %, esta vez sin grandes curvas, ofreciendo un esfuerzo constante.
La cima, a 1363 m, se alcanza tras una recta final amplia, donde destaca la panorámica hacia el valle del Adigio. Pocos metros después, encontramos a la derecha el desvío al monte Penegal, la guinda del ascenso.
Fuente: cyclingcols

Altimetría Monte Penegal

  • Longitud: 3,9 km

  • Pendiente media: 9,5 %

  • Desnivel total: 370 m

  • Orientación: Noroeste

Ascenso corto, pero muy explosivo, con rampas iniciales superiores al 10% y varios tramos que superan el 15 %, especialmente antes del parking del Monte Toval. Es un ascenso ideal para cicloturistas que buscan un reto extra desde el passo Mendola.
El desvío desde el Passo Mendola rompe la regularidad anterior, con rampas inmediatas al 8-9%. También la calidad del trazado, mucho más estrecho y con asfalto en bastante mal estado.
En el primer km ya aparecen tramos al 10%, estrechando la carretera y dando un carácter mucho más duro.
La pendiente se intensifica rápidamente con picos del 12-14 % en largas rampas rectilíneas. Entre los km 1,5 y 2 se encuentra el sector más exigente, con un máximo del 15%, obligando a un esfuerzo máximo.
El entorno es completamente boscoso, con sombra abundante, pero sin apenas vistas hasta el tramo final. Tras el parking de Monte Toval, la pendiente sigue siendo alta, en torno al 8%, sin permitir descanso.
En los últimos 500 m vuelven las rampas al 12%, un cierre durísimo tras el desgaste acumulado.
La cima del Monte Penegal (1737 m) recompensa con miradores espectaculares sobre Bolzano y el valle del Adigio.

PASSO DURON (por Tione di Trento)

El Passo del Durone, situado en la región del Trentino-Alto Adigio, conecta el valle del Chiese con la cuenca de Tione del Trento, sirviendo como paso natural hacia el Lago de Garda a través del passo del Ballino o el Giudicarie. 
Es un puerto de paso clásico en rutas ciclistas, tanto profesionales como cicloturistas, que lo utilizan como enlace estratégico entre etapas alpinas y recorridos de media montaña. Aunque no es un coloso, su pendiente irregular y el tramo central muy exigente le otorgan una dureza notable. El entorno combina bosques densos y áreas rurales abiertas, ofreciendo un ascenso variado y visualmente atractivo. 

Altimetría

  • Longitud: 7,0 km

  • Pendiente media: 6,9 %

  • Desnivel total: 495 m

  • Orientación: Sureste

Fuente: cyclingcols
Se trata de un ascenso bastante irregular, con tramos iniciales suaves, un sector central muy exigente con rampas de hasta el 14 %, y una parte final más constante en torno al 8%. Asimismo, La vertiente sur, con inicio en Ponte Arche, presenta una longitud de 10,2 km, una pendiente media del 5,3% y un desnivel de 541 m. Su trazado es muy regular, con largos tramos al 6-7% que permiten un ascenso constante, apenas interrumpido por un breve descanso en la zona central. 
Salida en Tione del Trento por una zona sinuosa y empedrada, pasando de la SS237 a la SP222, con una rampa inicial del 8% que rompe el ritmo desde el primer pedal, aunque seguida de un breve descanso al 0,5 %.
Los primeros 2 kms combinan pendientes suaves y falsos llanos, lo que permite calentar, pero sin perder altura ganada.
Antes de llegar a la zona de Zuclo, la carretera gana pendiente hasta un 8%, pero el entorno sigue abierto y con vistas al valle.
Pasando por el pequeño núcleo tenemos una rampa que llega al 10%, pero la pendiente se diluye hasta porcentajes entre el 3-5%.
Pasado el río Ridever, llegamos al núcleo exigente de la subida, con rampas que se disparan al 12% y unas máximas del 14%. Pasamos por diversas curvas de herradura.
La carretera aquí es estrecha y encajada en el bosque, lo que añade sensación de dureza y aislamiento. Tras el pico máximo, la pendiente se mantiene alta, con varios tramos al 11-12%, encadenando curvas y cortas rectas.
En la parte final, la pendiente se estabiliza en el 8%, lo que permite mantener un ritmo constante sin cambios bruscos. El entorno cambia a un paisaje más abierto, con praderas y pequeñas casas dispersas, preludio del final.
La cima del Passo del Durone, a los 1000 metros, llega sin curvas cerradas, con un final al 6% y un cartel modesto que anuncia la coronación.

PLA DE CORONES/ KRONPLATZ (por Longega)

El Pla de Corones (Kronplatz), situado en el corazón del Tirol del Sur, es uno de los colosos más singulares y duros del panorama ciclista alpino. Su cima, coronada por una explanada de pistas de esquí y una imponente estructura panorámica, ha sido protagonista de algunas de las jornadas más espectaculares del Giro de Italia, especialmente desde que en 2008 se incluyera como final de etapa en contrarreloj individual, quedando grabado para siempre por su mezcla de rampas extremas y superficie de grava en los últimos kms.
El primer ciclista en conquistar su cima como ganador fue Franco Pellizotti, aunque etapas posteriores como la de 2010, con la memorable victoria de Stefano Garzelli, o la de 2011, consolidaron su mito. El trazado desde Longega, más extenso y progresivo, ofrece una experiencia de alta montaña que va mucho más allá del reto físico: es también un viaje hacia una de las cumbres más icónicas y salvajes del ciclismo europeo. Asimismo, a día de hoy, es imposible ascender los últimos kms con bicicleta de carretera. Es solo apto para gravel o btt.
La extensión del ascenso al Pla de Corones desde Longega no solo impresiona por su cifra absoluta, sino también por la manera en que se distribuye la dureza a lo largo del recorrido. Con 16,8 kms de longitud, estamos ante uno de los puertos más completos y exigentes de los Alpes orientales, no tanto por su continuidad en las pendientes, sino por la transición progresiva entre dos mitades totalmente diferenciadas. La media es del 7,5% y hay que remontar casi 1300 metros.
Los primeros 10 kms, que transcurren entre Zwischenwasser (Longega) y el Passo Furcia, presentan una pendiente más sostenida, alrededor del 6-7 % en media, con rampas que rara vez superan el 10 %. Se trata de un tramo que permite tomar ritmo, con curvas anchas y un firme impecable, bordeando praderas verdes y pequeños pueblos como San Vigilio di Marebbe, lo cual suaviza el impacto psicológico del esfuerzo inicial. Sin embargo, esta primera parte sirve de antesala a lo que realmente define a Pla de Corones: un tramo final de poco más de seis kms que podría considerarse, por sí solo, uno de los ascensos más duros de Europa. A partir del Passo Furcia, el asfalto desaparece progresivamente y la carretera se convierte en una pista cementada con tramos de grava compactada, en un entorno cada vez más salvaje. 
Aquí, la pendiente se dispara hasta el 15,2% de media en un segmento intermedio, con picos absolutamente devastadores del 18%, 20% e incluso del 24%, y sin apenas descansos. La sucesión de curvas cerradas, el deterioro del firme y la exposición al viento en la parte alta refuerzan la sensación de estar ante una montaña completamente diferente a cualquier otra. Por tanto, el dato de los 16,8 kilómetros no solo implica una distancia física considerable, sino también una doble naturaleza del puerto, en la que el ciclista debe gestionar dos escenarios muy distintos: uno de fondo, más rodador, y otro final, donde la lucha es pura supervivencia. Esta combinación convierte al Pla de Corones en una cima temida, desafiante y absolutamente espectacular.
Fuente: cyclingcols
El inicio del ascenso desde Zwischenwasser (Longega) a 1005 metros de altitud arranca con cierta suavidad, aunque con rampas ya exigentes que alcanzan el 4%, en un entorno aún muy civilizado, flanqueado por praderas y granjas del valle. La orientación es hacia el noreste por la denominada strada Furcia (SP43).
Los siguientes dos kms van ganando consistencia, con pendientes entre el 4 % y el 7%, y se mantienen constantes mientras se asciende hacia San Vigilio di Marebbe, en un tramo en el que aún se puede mantener un ritmo relativamente cómodo.
A partir del km 3, la carretera comienza a inclinarse con más decisión, con sectores del 7 al 8%, lo que exige al ciclista comenzar a gestionar el esfuerzo con mayor precaución, aunque el asfalto sigue siendo impecable.
El cruce por San Vigilio aporta un breve descanso visual entre casas de estilo tirolés, pero la carretera no se relaja: las rampas oscilan entre el 7 y el 9%, manteniéndose tensas pero sin cambios bruscos.
Una vez se deja atrás el núcleo urbano, el puerto gana en aislamiento y dureza. Domina el prado alpino con diferentes viviendas diseminadas, por una zona paisajísticamente espectacular.
Del km 6 al 8, la pendiente se estabiliza en torno al 9%, mientras la carretera serpentea hacia el Passo Furcia, aún con firme ancho y buen agarre. Es un tramo exigente y largo. Dejamos a la izquierda el desvío a Pieve di Marebbe.
Remontamos la colina que se observa en la imagen con varias curvas de herradura con porcentajes exigentes en todo momento, entre el 8-11%.
A la altura de Rara Misci, las primeras señales de lo que está por venir aparecen en forma de rampas muy exigentes, con tramos más sombríos y una vegetación que se espesa a medida que el entorno se vuelve más alpino.
Es un tramo física y psicológicamente agotador, con largas rectas unidas mediante cerradas horquillas. Los porcentajes máximos llegan al 12%.
Pasadas las curvas comentadas, seguimos con porcentajes alrededor del 11% pasando por una larga recta, preludio de la agonía que queda. Estamos situados ya en el entorno de la estación de esquí.
A escasos metros de coronar el Passo Furcia (1759 m), es donde comienza una nueva dimensión del ascenso. En este sentido, nos costó encontrar la pista de gravilla correcta. Está justo detrás de la pequeña capilla de la imagen.
El firme cambia de forma radical y la grava sustituye al asfalto, anunciando el verdadero reto del puerto. La pista es bastante ancha y suele estar llena de peatones y ciclistas con ebike o descenso.
Desde aquí, la pendiente se dispara al 14%, y la primera rampa tras el Furcia actúa como muro psicológico: el ciclista se enfrenta a una subida sin tregua, sin barandillas ni protección, con vistas cada vez más abiertas al vacío.
Los siguientes 500 metros son simplemente demoledores, con tramos del 15 al 17 %, curvas cerradas y sensación de estar completamente fuera de la civilización. La bicicleta parece clavarse en cada pedalada.
A medida que se avanza, ya en el kilómetro 12, las rampas del 18% no dan respiro, y el firme obliga a trazar con cuidado. El paisaje se vuelve lunar, con claros entre los árboles y una pendiente que no da tregua.
A unos 3 kms para coronar, desciende algo la pendiente y se estabiliza en el 8-9%. Este tramo es en general boscoso, entre brotes disipados de abetos. 
A falta de dos kms para coronar, incluso hay un terreno más cómodo e irregular, con una media engañosa de 5%. La llegada a Kronplatz se vislumbra en la lejanía, pero aún se mantiene como un objetivo lejano.
La vía bordea con una amplia curva las instalaciones de los remontadores, así como restaurantes abiertos en época invernal para los esquiadores.
Finalmente, llegamos al último km, con la icónica rampa que parece realmente imposible realizarla sin perder el equilibrio.
En nuestro caso, con bicicletas de gravel con poco taco nos fue imposible superarla y no hubo más remedio que poner pie a tierra.
El km en general tiene una media del 14%, pero las cotas máximas se acercan al 20%. También encontramos un exceso de grava, cosa que dificultaba aún más la tracción.
Los últimos metros tienen algo menos de pendiente y permiten realizarlos a duras penas. Como hemos comentado anteriormente, hoy en día, si no se aplana el recorrido, es solo apto para bicicleta de gravel o btt.
Finalmente, el último tramo al Pla de Corones (2275 m), al 12%, se dibuja sobre una recta final entre grava prensada y paisajes abiertos, donde el esfuerzo culmina en una cima brutal y solitaria, sin vallas, sin público, solo el sonido de la montaña.

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