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ASCENSO AL MONCAYO (por Tarazona)

El Moncayo, con más de 2300 m de altitud, es la cumbre más elevada de todo el Sistema Ibérico y un símbolo tanto natural como cultural de Aragón. Su silueta domina el horizonte y está rodeada de un rico entorno de bosques de hayas, pinares y pastizales de alta montaña, lo que lo convierte en un lugar de gran atractivo para montañeros, excursionistas y cicloturistas. A nivel paisajístico, representa una transición entre la meseta castellana y el valle del Ebro, con panorámicas amplias y espectaculares.
Para los ciclistas, se trata de una subida larga y constante, donde la verdadera dureza reside en la acumulación de kilómetros. El ascenso por la vertiente de Tarazona ofrece más de 24 km de recorrido con un desnivel total de 1085 m. Aunque la pendiente media es moderada, en torno al 4,5%, la falta de descansos obliga a un esfuerzo continuo. El tramo final, además, presenta una pista de tierra transitable, lo que añade un punto de singularidad al recorrido.

📊 Características de la altimetría

  • Distancia: 24,4 km

  • Desnivel: 1.085 m

  • Pendiente media: 4,5 %

  • Altitud final: 1.565 m

  • Máxima rampa: 9 %

  • Orientación: El trazado asciende en dirección sur hacia el macizo, con orientación variable, alternando tramos expuestos al sol y otros más protegidos en zonas de bosque.

  • Características del trazado: Subida larga, tendida y regular, con ausencia de descansos significativos; últimos 5 km en pista de tierra compacta, transitable en bici de carretera si el firme está seco.

Fuente: altimetrias.net
El inicio en Tarazona (480 m) presenta rampas suaves al 2-3%, que permiten entrar en calor sin agobios y disfrutar del arranque, con una orientación hacia el sur transitando por la CV-610.
En los primeros kms, el trazado es abierto y sin sombra, especialmente estivales, lo que en días soleados endurece la sensación de esfuerzo.
Santa Cruz del Moncayo marca el primer hito (km 3), con tramos de hasta el 5,5% que elevan el tono del inicio.
El paso junto a Los Fayos y la presa del Val combina paisajes atractivos con pendientes que rondan el 4-5%. Los podemos observar mirando hacia el este.
Después de varias rotondas cogemos el desvío al Moncayo desviándonos hacia el norte por la ZP-5404/ SO-382.
Entre el km 5 y 9 la carretera se mantiene estable en torno al 3-4%, ideal para encontrar cadencia, con un paisaje seco del intenso verano de la zona.
A partir de Vera de Moncayo (km 10), el macizo aparece más próximo, y las rampas recuperan fuerza hasta el 5%.
La llegada a San Martín (km 12-13) incrementa el esfuerzo con pendientes que superan puntualmente el 6%.
Tras este tramo exigente, el bosque empieza a envolver la carretera, regalando sombra y frescor al ciclista. Dejamos a la derecha la SO-382 que se adentra en Castilla-León (Soria).
Agramonte (km 15) es un punto clave: un lugar de descanso y también referencia simbólica en el ascenso. Disminuye la anchura del trazado pero el asfalto se encuentra en perfecto estado.
Desde aquí, el trazado mantiene una pendiente constante del 4-5%, sin respiros, lo que refuerza la sensación de dureza. De repente se convierte en una zona húmeda y tupida por el denso bosque.
En el km 18 la continuidad de la pendiente empieza a pasar factura, acumulando desgaste muscular. Superamos diferentes y generosas curvas de herradura, siempre con una dureza ponderada y estable bajo el manto de un gran hayedo.
Cada 2/3 kms hay en el trazado diferentes aparcamientos acondicionados con fuentes donde parten varios senderos hacia la cima.
Alrededor del km 20-21, a partir del área de descanso de la Fuente de los Frailes, marca un cambio radical: desaparece el asfalto y la pista de tierra compacta exige más atención al pedalear. Es un trazado ciclable con bicicleta de carretera, salvo el final, que es factible, pero hay que ir con cuidado.
Este tramo de pista, aunque transitable, obliga a ajustar el ritmo y controlar la trazada, sobre todo en rampas. Los porcentajes siguen siendo estables, tan solo perjudica el rodar por un terreno más inestable.
Después de 2 kms sobre el 4%, los últimos 2 kms son algo más exigentes, con rampas que llegan al 5-6%. 
Una vez pasado el último aparcamiento antes del tramo final, el de Haya Seca, a 500 metros del santuario, el ancho de la pista se reduce y aumenta la cantidad de piedras.
Superamos una pequeña colina incrustada en el macizo rocoso donde se asienta el santuario, pero no tenemos ninguna referencia visual.
Finalmente, llegamos a la cima, a 1565 m, que nos premia con amplias vistas del valle del Ebro y del Moncayo, la mejor recompensa tras 24 km de esfuerzo continuo.

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