DALSNIBBA (por Geiranger)

Cuentan que desde el Dalsnibba se pueden ver las vistas más bonitas del mundo. Difícil afirmar dicha cuestión, pero lo que sí está claro es que es uno de los lugares imprescindibles de visitar en Noruega. La escalada está situada en un marco incomparable, junto al Geirangerfjord (fiordo de Geiranger) y una con carretera asfaltada espectacular y exigente para el ciclista, la vía Nibbevegen, para acabar coronando en el denominado Geiranger Skywalk, una impresionante plataforma situada a una altura de casi 1500 metros.
Dalsnibba es una montaña situada en el municipio de Stranda, en el condado de Møre og Romsdal. Como hemos comentado, se sitúa al final del valle de Geiranger, a poco menos de veinte kms. hasta llegar al fiordo. Otro paraje destacable al noroeste de la ascensión es el lago de Djupvatnet, por una vía de aproximación espectacular.
Tanto el fiordo como la aproximación hasta la cima es uno de los lugares más populares de Noruega, especialmente en verano cuando la carretera de peaje (ruta 63) está abierta al público. La vía Nibbevegen deja atrás el valle donde está el lago de Djupvatnet y el refugio de Djudvasshytta para bordear el lado sur de la vía privada hasta el mirador. El asfaltado definitivo finalizó en 2013.
Fuente: altimetrias.net
Sin embargo, aparte de las características pintorescas del enclave, desde el punto de vista ciclista es una dura ascensión que tiene un total de 21 kms. con una media a tener muy en cuenta del 7% y dos kms. en la fase final de la escalada por encima del 10%. El desnivel total a superar es de 1490 m., ya que se inicia la escalada a nivel del mar, siendo la segunda ascensión asfaltada con más desnivel de Noruega después de Sognefjellet.
La carretera 63, con su inicio en el fiordo de Geiranger, tiene una clara orientación hacia el sureste, paralelos al curso del río Geirangelva, que al desembocar al mar ofrecen unas bonitas cascadas. Es una población pequeña pero normalmente saturada por ser un conocido enclave turístico.
Si analizamos detenidamente la altimetría, esta consta de tres tramos diferenciados. El primero está representado por los primeros 6 kms. que nos alejan del Geirangerfjord con una serie de curvas de herradura impresionantes y con porcentajes duros.
Los primeros dos kms. tienen una media por encima del 7%, y debemos ir con cuidado con el elevado tráfico en las duras cuestas, entre balnearios, hoteles y residencias turísticas.
En el km. 1,5 ya pasaremos por un primer tramo, corto, alrededor del 10%. En total, en este sector inaugural pedalearemos por un total de 8 curvas de herradura.
Del km. 2 al km. 4 aumenta la pendiente y se consolida por encima del 8%. Dejando atrás prados y mayoritariamente zona urbana, pasamos por una zona boscosa que no tendrá continuidad.
Perdemos de vista el fiordo al llegar al mirador donde se encuentra Utsikten, lugar recomendado para y observar la belleza del paisaje. Al fondo, a la derecha de la imagen, se sitúa la ascensión a Ørnevegen.
Del km. 4 al 6 decrece bastante la pendiente, disminuyendo del 6 al 4%. La vía pasa por una especie de collado hasta un tramo de descenso en el km. 7.
Este tramo de altiplano  es básicamente una larga recta para acabar encadenando, de nuevo, una serie de curvas de herradura, y también, de nuevo, porcentajes exigentes.
Pasamos por dos curvas de herradura enlazadas, para seguidamente pasar un puente y llegar a la otra vertiente del río Geirangelva.
Los porcentajes de este tramo y casi de los 7 kms. siguientes son muy estables y se sitúan entre el 7-8%. Conforme dejamos atrás Geiranger, desciende el caos circulatorio, pero igualmente debemos ir con cuidado.
La zona más boscosa se va disipando mientras vamos cogiendo altura y va ganando terreno el prado de alta montaña y las cumbres rocosas.
Algunos tramos tienen la estética primitiva de la carretera 63, pequeñas rocas, la mayoría de ellas con musgo de la humedad, que hacen de barrera de seguridad rústica de los impresionantes barrancos por donde pasaremos.
Cerca del km. 13, una vez hemos rodado por este impresionante enlazado, pasaremos por una dura rampa al 9-10%. Como vemos en la altimetría, no es la zona más dura, no obstante, sí que es un tramo largo y consistente entre el 7-9%.
A partir del km. 14 desciende otra vez la pendiente con dos kms. aproximadamente ente el 2-4%. El paisaje ya no tiene nada que ver del que dejamos atrás en Geiranger.
Este sector más cómodo, antes del desenlace final, nos conduce hasta el lago de Djupvatnet, superando la barrera de los 1000 metros de altura.
Desde el mirador de la cima tenemos impresionantes panorámicas que incluso nos permiten el fiordo de Geiranger, junto con el paso caprichoso del trazado.
Aproximadamente a unos 5 kms. de coronar, llegamos al lago. A la derecha dejamos el bonito edificio del refugio de Djudvasshytta. 
Finaliza el tramo suave y afrontamos a partir del cruce, donde se encuentra el caro peaje para vehículos a motor, los últimos y muy duros 4,7 kms. con una media del 9,5%.
Como es lógico, a partir del peaje desciende drásticamente el tránsito rodado. La vía de pago es escandalosamente ancha para ser una carretera muy sinuosa de alta montaña, y se encuentra en un excelente estado.
El ascenso a la montaña de Dalsnibba la superaremos mediante un total de 12 curvas, algunas de ellas marcadas y espectaculares horquillas, con una orientación hacia el norte hasta llegar al sensacional mirador.
El primer km. después del cruce tiene una media muy cercana al 10%. Salvo una curva, el resto es una larga recta que se hace interminable.
A partir del segundo km. entramos de lleno en la zona más virada, teniendo como eje el precioso lago y el entorno singular.
El sector comprendido entre el km. 17,5 al 20,5 es el más duro de toda la escalada, con una media por encima del 10% y con tramos máximos que llegan al  11-12%.
El último km. es el más suave de esta fase final, sin embargo, tiene un poco de trampa porque tiene un tramo de falso llano, preludio de la dura rampa final, al 12%, hasta el mirador.
Finalmente, a una altura cercana a los 1500 metros coronamos este grandioso puerto, de aquellos que cuando años después ves fotografías, te das cuenta de lo fabuloso que es el lugar

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