COL DE JAU (por Catllar)

El Col de Jau (1506 m) es uno de los grandes pasos pirenaicos del Rosellón, situado en el departamento de los Pirineos Orientales, en plena conexión entre el valle del Têt y el valle de la Aude. Se trata de un puerto largo y constante, con un desnivel superior a los 1.000 metros, lo que lo convierte en una ascensión exigente tanto para cicloturistas como para corredores profesionales.
A diferencia de otros grandes colosos pirenaicos, el Jau destaca por su regularidad y por el entorno natural en el que se desarrolla, atravesando bosques densos y zonas solitarias que realzan su carácter montañoso. El tramo final, sostenido y sin apenas descansos, garantiza un esfuerzo continuado que premia con vistas abiertas y una auténtica sensación de alta montaña.
El paso ha sido protagonista en el Tour de Francia en varias ocasiones, como también en competiciones de carácter regional y en retos cicloturistas, siendo especialmente popular entre los aficionados franceses y españoles que buscan largas ascensiones en la zona oriental del Pirineo. Su ubicación lo convierte en un punto de paso estratégico y en una excelente alternativa a otros puertos cercanos, con el atractivo añadido de su tranquilidad y escaso tráfico.

📊 Altimetría

  • Longitud: 24,2 km

  • Desnivel total: 1.200 m

  • Pendiente media: 5%

  • Pendiente máxima: 10%

  • Orientación: Sur – Norte

  • Características: Ascenso muy largo y constante, con tramos de gran regularidad en torno al 5-6 %. La primera parte combina falsos llanos y pequeñas rampas, mientras que el tramo final se endurece con kilómetros más exigentes al 7-8%, hasta alcanzar la cima en una carretera estrecha y rodeada de bosque.

Fuente: cyclingcols
La subida arranca en Catllar, cerca de Prades, con una pendiente inicial del 5%, suficiente para marcar el inicio de un puerto de gran envergadura. Circulamos por la D619.
El paso por el desvío a Col de Roque-Jalère suaviza las rampas al 1-3 %, sirviendo de transición y engañando al ciclista antes de que llegue lo más serio.
Las características iniciales son de un paso muy expuesto, con buen asfalto y porcentajes cómodos. Conforme se vaya ganando altura, las características irán cambiando. El paso va paralelo al río Le Castellane.
Entre los km 5 y 6 del ascenso, la carretera pasa por Molitg-les-Bains, con pendientes que aumentan hasta el 6%, con un tramo empredado y la vía, momentáneamente, más estrecha. 
Superado este núcleo, el puerto cambia y se interna en bosques y zonas agrícolas, ofrece rampas entre el 3-4 % durante varios kms.
Entre el km 9 y 10, llegamos a la bonita localidad de Mosset, que se sitúa en torno a los 700 m de altitud, con un sector de 2 km entre el 3 y el 4%, aun sin demasiada dificultad.
Asimismo, a partir del km 12, el puerto es más exigente, con tramos al 5-6% que se van encadenando sin descansos.
En el km 10 se alcanza ya la media montaña, con la carretera al 6%, estrecha y muy tranquila, rodeada de vegetación densa.
La vía, aunque está en buen estado, es mucho más estrecha y conforme nos acerquemos a la cima, mucho más angosta y sinuosa.
A 9 kms para coronar, aparece el primer bloque más duro, con aproximadamente 3 km seguidos al 6-7 % que obligan a mantener un ritmo constante.
El sector intermedio ofrece pocas oportunidades de recuperación: la pendiente nunca baja del 5% y rara vez supera el 7%.
En el km 6 la pendiente se estabiliza al 6%, preparando al ciclista para el bloque final, donde la fatiga empieza a pesar.
Los 5 kms finales son muy consistentes y estables, con porcentajes sobre el 7-8% hasta la cima. Tendremos que superar varias generosas curvas de herradura.
Con los porcentajes exigentes comentados, entramos en un húmedo, tupido y espeso bosque espectacular, la antítesis de los paisajes calurosos iniciales.
Sin embargo, poco a poco, a 2 kms para coronar, las vistas se abren de nuevo hacia el entorno pirenaico, aunque la carretera sigue estrecha y exigente.
La cima del Col de Jau, a 1506 m, llega tras 23 km de esfuerzo continuo, un final exigente y solitario que recompensa con el ambiente natural y la sensación de haber superado una de las grandes ascensiones de la región.

COL DE MANTET (por Vilafranca de Conflent)

El Col de Mantet es uno de los grandes puertos escondidos del Pirineo Oriental francés, situado en la región del Rosellón, dentro del macizo del Canigó. Su ascenso parte desde las inmediaciones de Vilafranca de Confent, en el valle del Têt, y se prolonga durante más de 21 kilómetros hasta alcanzar la pequeña y aislada localidad de Mantet, a 1734 metros de altitud. El puerto combina un inicio amable y rodador con un tramo final de extrema dureza, lo que lo convierte en una de las ascensiones más exigentes y desconocidas de la cordillera pirenaica.
La carretera, estrecha y de carácter secundario, se adentra en un entorno natural de gran belleza, prácticamente libre de tráfico, donde los ciclistas encuentran un ambiente de calma y aislamiento. Tras los primeros kilómetros suaves, el puerto va ganando exigencia de manera progresiva: al pasar por Sahorre, las rampas se vuelven más sostenidas, y al alcanzar Py, a mitad de la subida, se desencadena el verdadero desafío. Desde aquí hasta la cima, la pendiente no baja del 10 % en muchos tramos, con durísimas rampas que alcanzan el 16%, encadenadas sin apenas descansos. La dureza final, sumada al firme irregular y a la altitud, hace del Col de Mantet un puerto de resistencia máxima, que exige un esfuerzo muy superior al que su pendiente media del 6 % podría hacer pensar. Su carácter salvaje, el silencio de la montaña y la espectacularidad del paisaje alpino lo convierten en una experiencia única para el cicloturista.

📊Altimetría

  • Longitud: 21,3 km

  • Desnivel total: 1.310 m

  • Pendiente media: 6,1%

  • Pendiente máxima: 16%

  • Altitud máxima: 1734 m

  • Orientación: Sur – Norte

  • Puerto largo, con inicio suave, un tramo central sostenido y un durísimo final con rampas constantes entre el 10-15 %, lo que lo convierte en uno de los ascensos más exigentes del Pirineo Oriental.

Fuente: Ramacabici
Partimos de la bonita población fortificada de Vilafranca de Conflent, con una orientación hacia el norte, pasando de la vía D66 a la D6 dirección Mantet.
En este sentido, su inicio se sitúa a las afueras de la localidad citada, a apenas 450 m de altitud, lo que garantiza un largo ascenso con un desnivel muy considerable. Es uno de los puertos más duros de la Catalunya Nord.
Los primeros kms son suaves, con porcentajes entre el 2-4%. Transitamos por una vía estrecha y rugosa, entre campos de cultivo y zona boscosa. Pasamos por la población de Fuilla.
La vía tiene un trayecto paralelo al río La Rotjà, y esta lo cruza varias veces con sendos puentes. En el km 4-5 aumenta ligeramente la pendiente al 4-5%. 
Esta dinámica continua hasta Sahorre (km 7). A partir de esta población la pendiente se vuelve más consistente, con tramos al 5-6 %, aunque todavía sin grandes dificultades.
La carretera es estrecha y muy tranquila, con tráfico casi inexistente, lo que hace que el ascenso tenga un marcado carácter cicloturista y natural.
A partir de Py (km 12) comienza lo más exigente: la pendiente supera el 10% en numerosas ocasiones y aparecen rampas máximas que alcanzan el 16%.
A poco más de 8 kms para coronar, entramos en la fase final del paso. Un auténtico reto donde tendremos que superar cerca de 800 metros de desnivel, con numerosos porcentajes por encima del 10%.
El tramo intermedio (km 13-16) es demoledor, con una secuencia de rampas del 12-15%, sin descansos, que obligan a un esfuerzo máximo.
Las vistas del valle son espectaculares en esta parte, aunque la dureza hace que sea difícil levantar la cabeza del manillar.
El firme de la carretera es irregular, estrecho y con tramos rugosos, lo que aumenta la sensación de dureza, especialmente en las rampas más duras.
En el km 17 se mantiene la pendiente alrededor del 10%, sin ofrecer respiro, lo que convierte al Mantet en un puerto de resistencia extrema.
La parte final encadena kms al 9-11 %, con puntas de hasta el 16%, un muro casi continuo que exige desarrollo corto y una cadencia constante.
La altitud incrementa el desgaste, ya que el esfuerzo en altura y la falta de sombra endurecen aún más el tramo decisivo. El final consta de 8 impresionantes curvas de herradura.
El pueblo de Mantet, situado en un rincón remoto del Pirineo, marca el final del ascenso y añade un aire épico al puerto, con el macizo del Canigó hacia el sur.
Pese a su dureza, el Col de Mantet nunca ha sido incluido en el Tour de Francia, aunque sí en marchas cicloturistas y como entrenamiento de ciclistas locales.
Es considerado por muchos como uno de los ascensos más duros del Pirineo Oriental, comparable en exigencia a colosos cercanos como PailhèresComa Morera, por su irregularidad y final explosivo.

ASCENSO A ANSOVELL (desde la N-260)

Ansovell es una pequeña aldea situada en el municipio de Cava, en el Alt Urgell (Lleida), a las puertas del Parque Natural del Cadí-Moixeró. El ascenso parte desde el fondo del valle del río Segre, cerca de la población de Arsèguel, y se adentra en un entorno de media montaña muy tranquilo, rodeado de bosques y con vistas abiertas hacia la sierra del Cadí. Es un puerto apartado y poco conocido, lo que lo convierte en un destino ideal para el cicloturismo en busca de carreteras solitarias y paisajes auténticos.
El ascenso a Ansovell tiene 9,9 kms de longitud y un desnivel acumulado de 546 m, con una pendiente media del 5,5%. Su perfil es irregular: comienza con rampas duras que llegan al 12%, pasa por un breve descenso que rompe el ritmo y luego encadena una parte final muy constante entre el 6 y el 7%, con puntas del 10-11%. Esta combinación lo hace exigente y variado, sin grandes descansos en la parte decisiva. Al coronar, el ciclista llega a un pequeño núcleo rural a 1335 m de altitud, con la sensación de haber descubierto uno de esos puertos escondidos del Prepirineo.

📊Altimetría

  • Longitud: 9,9 km

  • Desnivel total: 546 m

  • Pendiente media: 5,5%

  • Pendiente máxima: 12%

  • Cota de inicio: 789 m (Río Segre)

  • Cota de llegada: 1.335 m (Ansovell)

  • Orientación: Sur – Norte (LV-4052)

  • Subida irregular, con inicio explosivo hasta Arsèguel, un tramo central más llevadero, y una segunda mitad muy exigente, con rampas constantes del 6-7 % y puntas del 10-11 %.

Fuente: altimetrias.net
El ascenso arranca en el valle del río Segre, donde, con una orientación hacia el sur, pasamos de la N-260 a la LV-4052, después de un ligero descenso. 
Superado el puente y una fábrica de lanas, el inicio  es muy duro, con un km inicial al 8,3% de media y puntas del 12%, que marcan desde el principio el carácter exigente de la subida.
Exigente inicio transitando por una vía bastante ancha, de momento y que poco a poco será más estrecha y angosta, especialmente en los kms finales.
Tras el arranque, la pendiente se estabiliza en torno al 5-6 % hasta llegar a Arsèguel, un bonito pueblo que aparece como referencia intermedia del puerto.
A la altura de Arsèguel (km 2), la carretera suaviza brevemente, con una bajada del -2,9% que permite recuperar fuerzas.
Después de ese respiro, la pendiente vuelve a situarse en torno al 5% hasta Cava con alguna que otra rampa sobre el 10%, lo que significa el final de la parte más irregular.
Desde Cava hasta la cima, el puerto gana dureza, con una pendiente muy sostenida entre el 6 y el 7%, lo que lo convierte en una escalada de fondo. Destaca, también, por el gran número de curvas de herradura impresionantes hasta coronar.
Entre los kilómetros 5 y 7 destacan rampas exigentes, alcanzando el 10% y el 11%, que endurecen especialmente la segunda mitad del recorrido.
La carretera atraviesa bosques de media montaña, lo que hace que la ascensión sea muy agradable en el aspecto paisajístico.
El entorno es tranquilo y con tráfico prácticamente inexistente, ideal para el cicloturismo y para quienes buscan puertos menos masificados.
En el tramo final, las rampas del 6-7% se mantienen sin descanso, obligando a un esfuerzo constante hasta alcanzar el pequeño núcleo de Cal Rill.
Los últimos 2 km se mantienen duros, pero regulares, en torno al 6,5%, con vistas abiertas a la Sierra del Cadí conforme se acerca la cima.
La llegada a Ansovell (1335 m) supone un final espectacular, con diferentes masías de montaña como recompensa y un ascenso que mezcla dureza, belleza y tranquilidad.

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