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COLLE DEL SOMMELIER (por Bardonecchia)

El Colle del Sommeiller (2993 m) es uno de los puertos ciclables más altos de Europa y un verdadero mito para los amantes del ciclismo de aventura y del cicloturismo extremo. Se sitúa en el Valle de Susa, en el Piamonte, y asciende desde Bardonecchia hasta rozar los 3.000 metros de altitud, en un entorno de alta montaña absolutamente espectacular. Su fama no radica solo en su altitud, sino en el tipo de ascensión: un recorrido largo, exigente y con una parte final sobre pista no asfaltada, que convierte la experiencia en un desafío tanto físico como técnico.
El paso, solo accesible por Italia y ha sido en varias ocasiones escenario de marchas cicloturistas de prestigio, como la mítica Assietta Legend o retos personales de quienes buscan alcanzar una de las cimas más altas a las que puede llegar una bicicleta de btt o gravel. 
La dureza de su pendiente, unida a la falta de oxígeno en altitud y a las condiciones variables del terreno, lo convierten en una ascensión que va más allá del esfuerzo deportivo: es un viaje al corazón de los Alpes, donde se mezclan paisajes glaciares, cascadas, refugios de montaña y un silencio imponente. Llegar a su cima es alcanzar un lugar donde pocas carreteras llegan, un verdadero símbolo del ciclismo épico y de aventura.

Altimetría

  • Longitud: 24,7 km

  • Desnivel total: 1.688 m

  • Pendiente media: 6,8 %

  • Pendiente máxima: 13 % (en rampas sueltas)

  • Cota máxima: 2.995 m

  • Orientación: Sur – Norte

  • Características: Subida larga y de gran fondo, con primera parte asfaltada y un tramo final de pista dura y exigente. Paisajes alpinos que se transforman desde bosques hasta un ambiente glaciar.

Fuente: vadegravel.com
El inicio en Bardonecchia, a unos 1312 m, ya arranca con dureza, con rampas sostenidas al 7-8%, con una orientación hacia el norte y perfectamente asfaltada.
La salida de la localidad marca el paso de un entorno urbano al valle alpino, donde la carretera se estrecha muchísimo y pasamos por angostas y cerradas curvas de herradura.
En estos kms iniciales vertiginosos, pasamos por el pequeño núcleo de Issard, con porcentajes algo más suaves, en torno al 5-6%.
Asimismo, en los primeros 5 km, la pendiente media se sitúa en torno al 7%, sin apenas descansos, un anticipo de lo que será la ascensión. Pasamos durante varios kms por una densa zona boscosa.
El tramo hacia Rochemolles mantiene la exigencia, con rampas al 8-9 % y un paisaje que ya empieza a ofrecer vistas más abiertas.
El cruce de Rochemolles es un punto simbólico: a partir de aquí la carretera deja de ser asfaltada y comienza la pista de montaña. Poco más tarde nos topamos con el peaje para vehículos a motor.
Tras el pueblo, la pendiente no afloja, con kilómetros enteros al 8-9 %, combinando firme irregular y mayor dificultad técnica. Este tramo se adapta perfectamente a una bicicleta de gravel.
De nuevo enlazamos varias curvas de herradura, con dos kms realmente duros, del 6 al 8, con porcentajes muy estables alrededor del 9-10% y máximas que llegan al 12%.
Superadas las horquillas, el recorrido es algo más rectilíneo y desciende por un momento la dura pendiente al acercarnos a la zona del lago.
El paso junto al Lago di Rochemolles (1979 m) ofrece un entorno espectacular, con un breve tramo más suave que permite recuperar algo de fuerzas, con porcentajes de falso llano.
La carretera bordea el embalse con vistas inolvidables, antes de volver a empinarse con dureza hacia los refugios de altura.
Las pendientes en este tramo (km 12-14) se sitúa entre el 6-7%, dejando atrás las últimas zonas boscosas y adentrándonos, ya por encima de los 2000 metros, en zona de prado alpino.
El recorrido, aunque no se vea reflejado demasiado en las imágenes, está lleno de caminantes y vehículos a motor. Es un lugar muy popular en este sentido, especialmente los fines de semana.
Pasado el Rifugio Scarfiotti (2165 m), entramos en el tramo más duro del ascenso, donde se presentan rampas que vuelven a superar el 9%, un sector clave donde la fatiga empieza a acumularse.
Desde el refugio, el puerto se adentra en un entorno de alta montaña, con paisajes cada vez más áridos y de aspecto glaciar. 
Superaremos en varios kms 16 espectaculares curvas de herradura, con porcentajes máximos que llegan al 12-13%, en una pista aún perfectamente ciclable con bicicleta de gravel, pero cada vez con más piedras.
Pasadas las impresionantes curvas, con un piso árido y polvoriento, desciende algo la pendiente sobre el km y se estabiliza durante casi dos kms al 5%.
Al pasar por el pequeño altiplano de Plan dei Frati, afrontamos la fase final del paso, aproximadamente a 6 kms para coronar.
La falta de oxígeno comienza a notarse por encima de los 2500 m, donde cada metro ganado exige un esfuerzo descomunal. 
También disminuye la calidad del trazado, con unos kms finales más aptos para btt que para bicicleta de gravel.
La pendiente media del tramo final se sitúa en el 8%, con largas rectas donde la dureza psicológica se suma al desgaste físico.
Los últimos 3 km son los más espectaculares: paisaje alpino desnudo, cascadas, neveros en verano y un silencio absoluto solo roto por los motores de los vehículos al alcanzarnos.
La pista se estrecha y la pendiente alcanza de nuevo cifras cercanas al 10%, haciendo del desenlace un muro de resistencia.
El último km, con curvas de herradura y firme suelto, obliga a una pedalada constante y técnica, especialmente en bici de gravel.
Las diversas curvas acaban en una recta donde intuimos el final del paso entre dos rocosas colinas, cercanos a los 3000 metros.
La cima del Colle del Sommeiller (2993 m) recompensa todo el esfuerzo: un balcón único sobre los Alpes, considerado por muchos como la “cima de las cimas” del cicloturismo europeo.
En la cima hay un refugio junto al lago de Sommelier, a pocos metros de la frontera francesa. Entre macizos rocosos se encuentra lo que queda del glaciar, muy perjudicado en meses estivales. 
En definitiva, estamos ante uno de los grandes pasos alpinos, que estarán en el recuerdo para siempre en cuanto a dureza y belleza.

ALTO DE JAFFERAU (por Bardonecchia)

El ascenso a Jafferau (1932 m) es uno de los ascensos más legendarios del Piamonte y un puerto íntimamente ligado a la historia del Giro de Italia. Situado sobre la localidad de Bardonecchia, en el extremo occidental de los Alpes italianos, combina la belleza alpina con una dureza destacable. No es un puerto largo, pero sí extremadamente exigente, con rampas constantes que rara vez bajan del 9%, lo que le otorga un carácter explosivo y selectivo. Su carretera es estrecha, encajonada en el paisaje de montaña, y refuerza la sensación de aislamiento que convierte este puerto en un escenario épico para el ciclismo.
En el Giro de 1972, Eddy Merckx escribió una de sus páginas más recordadas con un triunfo en Jafferau, consolidando su condición de dominador absoluto. Décadas más tarde, la carrera volvió a este escenario en varias ocasiones, y victorias, entre otros como Chris Froome, y cada vez se repitió el mismo guion: selecciones durísimas, desfallecimientos de favoritos y una cima que se convirtió en símbolo de resistencia y ambición. La subida es corta, apenas 7,5 kms, pero su brutal pendiente media del 9,2% la sitúa entre los muros alpinos más temibles, capaces de decidir una clasificación general en pocos minutos. La escalada no es simplemente un puerto; es una ascensión con carácter, una trampa de alta montaña donde se mide la verdadera capacidad de sufrimiento de los corredores.

📊Altimetría

  • Longitud: 7,5 km

  • Desnivel total: 684 m

  • Pendiente media: 8,7%

  • Pendiente máxima: 12%

  • Orientación: Este – Oeste

  • Características: Ascensión corta, pero extremadamente dura, sin descansos, con pendientes constantes en torno al 9-10 % que la convierten en un muro alpino decisivo.

Fuente: cyclingcols
Con una orientación hacia el este, el inicio es algo confuso. Tenemos que seguir dirección Le Gleise, dejando atrás la SS335 y pasando por una vía estrecha por debajo de la autopista del túnel de Frejús (E70).
El inicio en Bardonecchia ya impone respeto, con rampas que después de un falso llano aumentan hasta el 10-11% que obligan a entrar en ritmo desde el primer km. Nos topamos con un semáforo para superar una estrechez.
En el sector de Melezet y Millaures, pertenecientes a la localidad de La Gleize, la pendiente sube de manera constante hasta el 9%, manteniendo la dureza.
El paso por el desvío a Sant’Andrea Apostolo alcanza puntas del 10%, un tramo donde ya se empieza a romper el grupo. El recorrido se basa en amplias curvas de herradura a superar.
La llegada a Gleise ofrece un breve respiro con algún 5%, pero es solo un paréntesis antes de que el puerto muestre su verdadero rostro.
A partir de aquí, la carretera vuelve a empinarse de forma sostenida, con largos kilómetros en torno al 9 % de forma muy constante y sin descansos. La vía, aunque estrecha, está en buen estado.
El entorno natural solitario, sin apenas referencias, acentúa la sensación de dureza física y mental. Alternamos zonas boscosas con tramos de prado alpino, con bonitas vistas a los macizos colindantes.
En los últimos 3 km, la pendiente no baja nunca del 9%, haciendo que cada metro sea un esfuerzo constante.
La aproximación al hotel e instalaciones de las pistas de esquí presenta rampas que alcanzan el 11%, un punto decisivo por su agresiva dureza.
El penúltimo kilómetro es brutal, con medias del 10-11% y tramos que llegan al 12%, una pared que exige el máximo.
Coronamos en una pequeña meseta, a los pies del Monte Jafferau (2815 m), rodeado de paisaje alpino, corona una de las ascensiones más duras y selectivas de los Alpes italianos, con un final sin asfalto, entre los remontadores y hotel.

PASSO DI MONTE GIOVO/ JAUFENPASS (por Gasteig/ Casateia)

El Passo di Giovo (2094 m) es una de las grandes ascensiones del Tirol del Sur, uniendo el valle de Isarco con el valle de Passiria. Su carretera panorámica, estrecha y serpenteante, atraviesa bosques, praderas alpinas y zonas de alta montaña, ofreciendo al ciclista un escenario de enorme belleza natural. Aunque no alcanza la altitud de otros gigantes alpinos, el paso destaca por su regularidad, la exigencia de su pendiente y su papel estratégico en los enlaces entre los grandes puertos del Tirol.
En la historia del Giro de Italia, el Jaufenpass ocupa un lugar interesante desde su primera inclusión en 1961, cuando Jacques Anquetil y Charly Gaul luchaban por la maglia rosa en aquellas etapas alpinas memorables. Desde entonces, el puerto se ha convertido en un paso recurrente, utilizado en numerosas ediciones como puerto de enlace antes de colosos como el Passo Pennes o el Passo Rombo. A lo largo de los años, corredores de la talla de Franco Chioccioli, Claudio Chiappucci o Gilberto Simoni han pasado en cabeza por sus rampas, dándole al puerto un aura épica en la alta montaña.
Su posición estratégica en la geografía alpina lo ha convertido en un clásico tanto para la competición como para el cicloturismo. Hoy en día, es uno de los grandes destinos para los amantes de la bicicleta, con ambas vertientes (Vipiteno y San Leonardo) ofreciendo esfuerzos prolongados, pendientes constantes y un entorno alpino de gran belleza. Para el cicloturista, afrontar el Jaufenpass supone entrar en el corazón de los Alpes del Tirol del Sur, en rutas que suelen combinarse con otros puertos míticos como el Passo Pennes o el Passo Rombo.

Fuente: cyclingcols
📊Altimetría por Gasteig/ Casateia

  • Longitud: 15,5 km

  • Pendiente media: 7,1 %

  • Desnivel total: 1.107 m

  • Orientación: Sureste

Se trata de una ascensión larga y exigente, muy constante en su trazado, con pocos descansos y varias rampas duras que superan el 10%. Es un puerto de ritmo, donde la gestión del esfuerzo resulta fundamental para coronar en buenas condiciones. Asimismo, la vertiente desde San Leonardo in Passiria es la más larga y algo más dura. Se trata de una subida muy constante, con largas secciones en torno al 7-8%, sin apenas descansos. 
Con una orientación hacia el sureste, partimos desde Vipiteno/Sterzing, pasando de la SS12 a la SS44, por una vía ancha, en perfecto estado y con bastante tráfico.
El inicio dirección Gasteig/Casateia es engañoso, con rampas suaves en los primeros metros que permiten calentar, pero pronto la carretera se empina y marca el carácter exigente del puerto.
Entre el km 1 y 3, la pendiente se estabiliza en torno al 7-8%, sin apenas respiros. Desde este tramo ya se percibe la regularidad del Jaufenpass, sin tregua para recuperar.
A la altura de Burgumhof, la carretera se estrecha ligeramente y comienza una sucesión de curvas de herradura que acompañará gran parte del ascenso, ofreciendo un ritmo muy constante.
Del km 4 al 6, la pendiente sigue firme en el 7-8%, rodeada de densos bosques alpinos. El paisaje se va cerrando y la sensación es de estar adentrándose en plena montaña.
Pasado el km 6, el puerto muestra algunas rampas más duras que rozan el 9%, aunque siempre dentro de una regularidad que lo hace escalable, ideal para mantener un paso constante.
En la zona de Calice/Kalch, alrededor del km 7-8, aparecen los primeros claros en el bosque, con vistas al valle de Isarco y a las cumbres circundantes, lo que da un respiro visual al esfuerzo.
La segunda mitad de la ascensión mantiene la tónica: pendientes sólidas en torno al 7-8%, sin falsos llanos. La dificultad está en la continuidad, pues casi nunca baja del 6%.
Alrededor del km 9, la carretera describe nuevas curvas cerradas que ayudan a gestionar la dureza del puerto. Estas lazadas, entre denso bosque de abetos, se convierten en tramos icónicos del Jaufenpass.
Hacia el km 10-11, se alcanzan los sectores más exigentes con puntas del 8-9%, donde el cansancio empieza a acumularse y obliga a una gestión inteligente del desarrollo.
Cerca del desvío al núcleo de Kalcheralm, aproximadamente en el km 12, se atraviesan zonas más abiertas, con praderas alpinas y vistas que anuncian la cercanía de la alta montaña. La pendiente no concede tregua.
El tramo final, del km 13 al 15, se endurece con varias rampas en torno al 8-9 %, donde la altitud y el esfuerzo prolongado hacen mella en las piernas del ciclista.
En este sector, la carretera serpentea con curvas de herradura espectaculares, ofreciendo una panorámica de gran belleza sobre el valle de Vipiteno y las montañas del Tirol del Sur.
El puerto no presenta grandes descansos, lo que lo convierte en un ascenso de pura resistencia, muy diferente a otros pasos alpinos que alternan rampas con falsos llanos.
A medida que se aproxima la cima, la vegetación se va despejando y la montaña se muestra en toda su magnitud, creando un ambiente de alta montaña que incrementa la épica del ascenso.
Coronamos el Passo di Giovo a una altura de 2094 m, en una zona amplia y panorámica, con vistas privilegiadas hacia ambas vertientes. El ciclista alcanza aquí uno de los grandes balcones alpinos del Tirol, coronando tras un esfuerzo largo, constante y exigente.

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