El Passo Fedaia (2.057 m) es uno de los pasos más emblemáticos y desafiantes de los Dolomitas, situado a los pies del glaciar de la Marmolada, la montaña más alta del conjunto dolomítico. Cruza la frontera entre el Trentino-Alto Adige y el Véneto, uniendo el valle de Fassa con el valle de Cordevole, y se caracteriza por un entorno de alta montaña espectacular, dominado por paredes de roca vertical, lagos de origen glaciar y una atmósfera ciclista cargada de historia.
Este puerto ha sido escenario clave del Giro de Italia, con gestas memorables como la de Marco Pantani en 1998, que cimentaron su fama. El Fedaia destaca no solo por su altitud, sino por su dureza, especialmente en su vertiente este por Caprile, famosa por sus interminables rectas al 11-12%. Sin embargo, la vertiente desde Canazei, aunque más accesible, guarda también un perfil exigente, especialmente en su tercio final.
La subida desde Canazei, en el valle de Fassa, se extiende a lo largo de 14 km, con una pendiente media del 5,4% y un desnivel acumulado de aproximadamente 750 m. El trazado arranca de forma amable, con rampas suaves durante los primeros 4 km, alternando entre zonas urbanas, prados y algunas curvas abiertas. A partir de Penìa, la carretera se adentra en un entorno más rocoso, y aunque sigue ofreciendo descansos, la pendiente se va endureciendo.
El tramo clave comienza alrededor del km 7, justo después del primer túnel, cuando la pendiente se estabiliza entre el 7 y el 9%, con varios kilómetros consecutivos al 8%. La carretera, en perfecto estado, mantiene un ritmo constante hasta alcanzar el Rifugio Castiglioni (2.054 m), tras el cual solo queda un leve repecho hasta la cima. A pesar de ser menos brutal que la vertiente opuesta, esta subida sigue siendo un reto considerable, con más de 6 km de exigencia casi continua. Asimismo, la vertiente por Caprile es legendaria en el ciclismo por su extrema dureza. Con 14 kms también, pero una pendiente media del 7,5%, acumula más de 1100 m de desnivel, y sus últimos 5 km son una verdadera pared: rampas rectilíneas al 11-15% sin descansos y con apenas curvas. Esta cara del Fedaia ha sido decisiva en múltiples ediciones del Giro, y representa uno de los mayores desafíos en los Dolomitas.
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Fuente: cols-cyclisme |
Desde Canazei a 1.440 metros, la carretera parte entre casas y bosques hacia el este por la SS641,los primeros dos kilómetros apenas superan el 2% de media y permiten rodar con facilidad.
El trazado serpentea por el fondo del valle con vistas laterales al grupo del Sella. La pendiente sube suavemente al 4-5% y se mantiene así hasta llegar a Alba.
Tras cruzar Alba, la pendiente se mantiene constante, siempre moderada, sin rampas marcadas. La carretera es amplia, de asfalto impecable y tráfico ciclista frecuente en verano.
A la altura de Penìa el entorno se vuelve más salvaje y la pendiente empieza a aumentar, con porcentajes entre el 5 y el 6% ya se nota el cambio de ritmo antes de la zona final más exigente.
Entre Penìa y Locanda Torin se encadenan rampas cortas y descansos que engañan, es un tramo irregular donde es fácil dejarse llevar antes de lo más duro del puerto.
En el km 7 se pasa el primer túnel y comienza el verdadero esfuerzo del Fedaia, la pendiente se estabiliza por encima del 7% y no volverá a ceder hasta casi la cima.
El bosque queda atrás y el puerto se abre a un paisaje rocoso con vistas hacia la Marmolada, el asfalto es rugoso y la sensación de altitud empieza a notarse en la respiración.
Del km 8 al 10 las pendientes se sitúan entre el 8 y el 9% con continuidad exigente, el entorno es seco, sin sombra, y el esfuerzo se hace más psicológico y persistente.
El tramo entre 1° Tornante y Rifugio Castiglioni es el más exigente de esta vertiente, sin curvas pronunciadas, la recta se empina con dureza sostenida hasta el refugio.
A 2.026 metros se alcanza el Rifugio Castiglioni, donde la pendiente toca el 9%, allí se siente ya la inminente llegada a la cima con la Marmolada justo encima.
El último kilómetro ofrece un leve respiro con un falso llano que bordea el embalse. La pendiente cae por debajo del 2% y permite recuperar antes de coronar.
A la derecha aparece el lago Fedaia, artificial, que añade espectacularidad al entorno, el glaciar refleja en él su silueta blanca, incluso en verano avanzado.
La cima del Passo Fedaia, a 2.057 metros, se alcanza con una última recta panorámica, sin curvas, el final es sobrio y majestuoso, dominado por el hielo y la roca.
Desde la cima se desciende hacia Caprile por la vertiente más dura del puerto, una pared que deja sin aliento, mítica por su dureza y su historia en el Giro.