El origen del impresionante trazado Passo Rombo-Timmelsjoch nace de un antiguo camino de mulas encargado por Benito Mussolini, con fines militares, como ruta alternativa al paso del Brennero y el puerto de Resia. Hoy en día es uno de los grandes pasos alpinos, uniendo el Val Passiria con el valle de Ötzal y geográficamente separa los Alpes de Ötzal de los de Stubai, ambos pertenecientes a los Alpes Réticos orientales.
Siendo uno de los puertos fronterizos más destacables de los Alpes, tanto por dureza como por desnivel acumulado, sus características geográficas decantadas hacia el norte -uno de los pasos donde más nieve acumulada se encuentra anualmente (cerca de los glaciares de Sölden) y el fuerte viento provocan que no tenga la popularidad que le puede dar el paso de una Gran Vuelta. Solo se ha ascendido una vez en el Giro de Italia y fue el lejano 1988, con la primera posición del suizo Daniel Gisiger.
En cualquier caso, desde nuestro punto de vista, el paso se encuentra en la lista de los más grandes puertos alpinos, sin ninguna duda. Después de ascender su vertiente norte hace prácticamente un año, nos encantó y sorprendió la dureza de su vertiente italiana, normalmente con valles con poca altura lo que provoca puertos con desniveles por encima de 1500 m. (en este caso la locura 1793 m. aunque a nosotros nos salieron cerca de 1900 m.).
 |
| Fuente: cyclingcols |
Desde la localidad de San Leonardo in Passiria el puerto tiene una longitud de 29 kms. con una media del 6,2% y un desnivel, como hemos comentado anteriormente, de la locura de 1793 m. Aunque en el inicio del puerto hay tramos muy duros, quizá la parte más exigente sea el final, con kms. alrededor del 10% y ya con mucha fatiga en las piernas.
Aunque es un valle muy profundo en continuo, no es hasta la localidad citada cuando los porcentajes son más continuos y destacables. Transitamos por la SS44bis en una orientación hacia el noroeste dejando al este el passo di Monte Giovo, también fronterizo con Austria.
Cabe tener en cuenta que la vía, de peaje en territorio austríaco, está cerrada al tráfico de ocho de la tarde a siete de la mañana, y que salvo por su potencial turístico y pintoresco no es la vía más lógica para ir al Tirol.
En pleno mes de julio, cuando realizamos la escalada, nos sorprendió la gran cantidad de bicicletas eléctricas mientras ascendíamos. También de ciclistas por las dos bandas y es que hay que tener en cuenta que para un cicloturista avezado y con posibles es realmente un lugar de culto.
La pendiente aumenta considerablemente los próximos kms., pasando por un duro km. al 8% en el km. 3-4 que desacelera algo los kms. siguientes. En este sector hay una rampa dura alrededor del 10% (km. 5). Pasamos por la localidad de Gomion.
La dureza, cada vez más elevada, tiene continuidad. A partir de Moos realizaremos un total de cuatro curvas de herradura con medias contundentes sobre el 8-11%.
La vía está perfectamente asfaltada pero conforme vamos ascendiendo es bastante estrecha, no apta para vehículos de grandes dimensiones.
Del km. 10 al 14 desciende algo la pendiente pero continua con medias sobre el 7-8%. Dejamos a la izquierda el desvío a la ciudad de Corvara in Passiria.
Pasamos por bastantes túneles, la mayoría de ellos cortos y sin ningún tipo de complicación, remontando el valle por su margen derecho.
Aproximadamente en la mitad del recorrido y a unos 14 kms. para coronar pasamos por el tramo más cómodo de la subida. Realizaremos 4 kms. sin apenas pendiente, falsos llanos básicamente, con porcentajes entre el 1-3%.
En la zona se encuentran diversas comunas de población muy pequeñas, destacando Ponte Monte Neve y Belprato. Al fondo de la imagen ya vemos el épico final de esta ascensión son sendas cicatrices en forma de zeta en la montaña.
Realizamos la primera curva del sector final del puerto, dejando atrás el curso del río Passiria (que encontraremos de nuevo en la cima) y entrando en la que es, sin duda, la zona más espectacular y dura del trazado.
Situados aproximadamente a unos 8 kms. para coronar, tendremos que realizar este final con una media entre el 9-10% durante varios kms. y cotas máximas al 12%.
En total realizaremos contando la curva anterior diez curvas de herradura, a caballo de norte y sur entre las vistas al infinito de las cimas del Übertalfarner y las de Ötzal.
La larga recta del km. 13 quizá sea el tramo más duro de toda la subida, algo más de un km. de distancia entre sin tregua alrededor del 10%.
Después de realizar una larga recta hacia la siguiente horquilla, el resto de curvas están más agrupadas hasta superar el paso, en un enlazado que nos recordó al Grimselpass.
Des km. 12 al 17 tenemos una pendiente media del 9% que poco a poco desciende hasta el 7% antes de llegar a la zona del túnel para aproximarnos a su vertiente norte.
En esta zona se encuentra un pequeño chiringuito y es donde están situados los famosos cubos abiertos del arquitecto tirolés Werner Tscholl, famosos por diferentes campañas publicitarias realizadas en el puerto.
Realizamos las últimas 3 curvas de herradura hasta llegar al túnel del fondo de la imagen. Los porcentajes disminuyen de un 7-8% a un faso llano sobre el 2%.
Una vez realizado el primer túnel, largo y perfectamente iluminado, realizamos un segundo mucho más corto. El paisaje, aún en territorio italiano rocoso, sin vegetación y en los laterales las últimas nieves del largo verano.
En la cima, dentro del cubo, hay un pequeño centro de interpretación de la historia del paso de montaña en diferentes épocas. Al otro lado de la carretera hay un restaurante, el Rasthaus Timmelsjoch, ya en terreno austríaco.
Finalmente coronamos el paso a una altura de 2474 m. (no 2509 m. como marca la señal). Sin embargo, tiene el gran prestigio de ser uno de los pasos más elevados de Europa, situado entre los suizos Umbrailpass y Nunefenpass.
