PASSO DI VIZZE-PFITSCHERJOCH/ LAGO DE SCHLEGEIS STAUSSE (desde Vipiteno)

El Passo di Vizze (Pfitscher Joch) es una de las ascensiones más salvajes y escénicas del Tirol del Sur, conectando el valle de Vizze (Pfitschertal) con la vertiente austriaca del Zillertal. La subida, que parte de Vipiteno (948 m), remonta durante unos 30 kilómetros un valle glaciar cerrado y verde, con un desnivel acumulado de más de 1.500 metros hasta alcanzar los 2.248 metros del collado, justo en la frontera italo-austriaca.
Durante gran parte del trazado se alternan el asfalto rural, tramos de pista compacta de tierra y grava y una parte final muy exigente en camino de montaña, que obliga a usar bicicleta de gravel o MTB. Es una ascensión que combina dureza física, aislamiento y un entorno alpino impresionante, con el Hochfeiler (3.510 m) dominando el horizonte.
Desde el Collado de Vizze, la vertiente austríaca desciende de forma abrupta hacia el valle de Zamsergrund, en un tramo reservado solo para bicicletas de montaña o gravel con buena técnica. La pista, estrecha y pedregosa, serpentea entre neveros y torrentes hasta alcanzar el lago de Schlegeis Stausee, una impresionante presa alpina encajada entre paredes de granito. 
Este descenso, de fuerte pendiente y firme irregular, ofrece una experiencia tan vertiginosa como espectacular, con vistas constantes a los glaciares del Zillertal y la sensación de adentrarse en un paisaje de alta montaña donde la naturaleza domina por completo.

📈 Altimetría y características

  • Punto de inicio: Vipiteno (948 m)

  • Punto final: Passo di Vizze / Pfitscher Joch (2.248 m)

  • Desnivel total: +1.300 m

  • Distancia: 30 km

  • Pendiente media: 4,3 %

  • Máxima: 12 %

  • Superficie: asfalto hasta Stein/ Sasso km 22, luego 9 kms de pista forestal compacta hasta el Refugio Vizze (1.750 m), y finalmente sendero pedregoso en los últimos 3 km. Rodamos por la SP508.

  • Dificultad: Alta, especialmente por el tipo de firme y la pendiente final.

  • Paisaje: valle glaciar cerrado, prados alpinos, refugios tradicionales y cumbres del Zillertal.

Partimos de las inmediaciones de Vipiteno (948 m), en el corazón del Alto Adige, con el casco histórico tirolés y el castillo Reifenstein a la vista. La carretera comienza suave y bien asfaltada.
Los primeros 3 kms tienen una pendiente estable (5–6 %), entre granjas y pastos abiertos; la ruta sigue la Dossstraße, ganando altitud con curvas amplias. Pasamos por la localidad de Prati.
El valle de Vizze se abre: el paisaje se transforma en un valle glaciar verde, con el río Vizze acompañando la ruta. Pedaleamos por una vía ancha y en perfecto estado.
Desde la localidad de Prati, los porcentajes van aumentando progresivamente hasta la localidad de Avenes, situada en el km.7,5.
Este sector es la zona asfaltada más dura, con varios km entre el km 6 y 8 con una media del 9 y 10%. El trazado se basa en una larga recta y un túnel iluminado.
El km 6-7 es el más exigente de la zona asfaltada, con un km sobre el 10% y donde pasamos por generosas curvas de herradura.
Pasado el km 7 la pendiente va disminuyendo, situada entre el 5-6%. Rodamos por una zona boscosa remontando el valle, con altos picos rocosos a lado y lado del ascenso.
Los próximos 11 kms son mucho más suaves, Entramos en una zona de altiplano donde frecuentan los falsos llanos entre el 0-2%.
En este largo tramo pasamos por un ancho valle por las poblaciones de Novale y Saletto, en una zona suave para el pedaleo y sin apenas tráfico.
Pasado el km 13 dejamos el desvío a diversos núcleos de población dispersas en el valle, como Caminata o Riva.
En el km 17-19 pasamos por las localidades de Piazza y San Giacomo, donde los porcentajes tienen todavía un cómodo 1-2%.
A partir de esta segunda localidad la pista se torna muy estrecha, apenas la anchura de un coche, pero continua en perfecto estado.
La vía serpentea hasta llegar a la pequeña localidad de Sasso. Donde los porcentajes ya irán aumentando, consolidándose en el 6-7%.
Después de una dura y corta rampa al 12%, vemos la indicación de los últimos 9 kms antes de coronar el paso, ya rodando por una pista forestal un buen estado.
Entramos, hasta coronar, en una zona salvaje, rodeados de Bosques de abetos; zona muy tranquila y apenas transitada. Los kilómetros se encadenan con rampas entre 6 y 8 %.
En estos primeros kms sin asfalto, del km 22 al 24 aproximadamente, la pista es ancha y se rueda, todo y la dureza, con bastante soltura. 
Después de enlazar varias curvas de herradura y dos zonas de estacionamiento llegamos al km 24, donde está prohibida la circulación a vehículos a motor.
La panorámica no puede ser más espectacular. La pista se abre y ofrece vistas amplias del Hochfeiler y el glaciar de Schlegeis.
A una altura de 1.750, después de una generosa horquilla, dejamos a la derecha el desvío al Refugio Vizze, punto de descanso natural; desde aquí, el trazado se vuelve más rudo y pedregoso.
Rodando por la ladera izquierda, dejamos a la derecha el impresionante desfiladero enlazando varias curvas de herradura con porcentajes entre el 8 y el 10%.
Una vez superada la cifra de los 2000 metros, la vegetación desaparece y domina el paisaje alpino de roca y pasto bajo, dándole al ascenso un final digno de alta montaña.
En los últimos 3 km se encadenan duras rampas del 10–12 % con firme irregular; la sensación de altura y soledad es absoluta.
Finalmente, coronamos el passo de Vizze a una altura de 2.248 m: frontera natural entre Italia y Austria, con vistas hacia el Zillertal impresionantes. Asimismo, a pocos metros del collado, se encuentra el Refugio Pfitscherjochhaus, que ofrece hospedaje, comida tirolesa y una vista de postal hacia el Zillertal.
Una vez hayamos coronado, el descenso desde el Passo di Vizze comienza de forma abrupta, con una pista estrecha y repleta de piedras sueltas que obliga a extremar la precaución. Las primeras curvas ya muestran la magnitud del valle austríaco y la pared del glaciar Schlegeiskees al fondo.
A medida que se pierde altura, el camino se adentra en un terreno más salvaje, con torrentes que cruzan la pista y tramos erosionados por el agua. La bicicleta rebota sobre el firme roto mientras el rumor del deshielo acompaña cada giro.
En torno a los 1.800 metros de altitud, la vegetación reaparece lentamente y el descenso se suaviza. Los prados alpinos y los refugios de madera anuncian la proximidad del Zillertal, aunque el firme sigue siendo irregular y exigente.
Finalmente, tras unos kms de vértigo, surge ante el ciclista el lago de Schlegeis Stausee, de aguas turquesa y rodeado de picos nevados. El contraste entre la dureza del camino y la calma del embalse convierte este punto en un final majestuoso y profundamente alpino.

ASCENSO AL REFUGI DE CORTALETS/ CANIGÓ (por Villerach)

El Canigó (2.784 m) es mucho más que una montaña: es un emblema natural y cultural de Cataluña y del Pirineo Oriental. Su silueta domina la llanura del Rosellón y ha inspirado leyendas, poemas y canciones que lo han convertido en un auténtico símbolo identitario. Declarado “Site Classé” en 1983 por el Ministerio de Medio Ambiente francés, el macizo del Canigó goza de una protección especial que salvaguarda su riqueza paisajística, su biodiversidad y su valor patrimonial. En su entorno conviven bosques mediterráneos, hayedos y praderas alpinas, junto a monasterios románicos como Sant Martí del Canigó o San Miguel de Cuixà, que refuerzan su magnetismo espiritual y cultural. El conjunto forma parte de un espacio natural de gran valor ecológico y escénico, donde la montaña se convierte en un punto de unión entre naturaleza, historia y cultura catalana.
El ascenso en BTT desde Els Masos hasta el Refugi dels Cortalets (2.146 m) es una de las rutas más espectaculares del Pirineo Oriental, tanto por su desnivel (más de 1.800 metros) como por la diversidad de paisajes que atraviesa. El recorrido comienza al sur de Prades y remonta la carretera D24 en dirección a Ballanet y Villerach, donde el asfalto desaparece para dar paso a una pista forestal. A partir de aquí, el ciclista se adentra en el corazón del macizo, entre bosques de pinos y encinas, ganando altitud hasta el Coll del Forn (704 m). Más arriba, en Mas Maler, la pista se degrada y el acceso motorizado queda restringido, señal de que la montaña empieza a mostrar su carácter salvaje. 
El segundo tramo, desde el aparcamiento de Lou Grounells (1.172 m) hasta el refugio, combina largas rampas sostenidas con tramos técnicos donde la tracción y el equilibrio son esenciales. Se pasa por el Refugio de La Molina y el aparcamiento de Esquena d’Ase (1.380 m), donde el paisaje se abre hacia las cumbres, con el Canigó dominando el horizonte. El esfuerzo final hasta Cortalets es duro, pero gratificante: la llegada al refugio, enclavado a los pies de los paredones del Canigó, recompensa con vistas inigualables sobre el Conflent, el Vallespir y, en días despejados, hasta el Mediterráneo. Este itinerario es mucho más que una ascensión ciclista: es una inmersión en la montaña más simbólica del Pirineo catalán.

📊 Altimetría y características

  • Distancia total: 25,7 km

  • Desnivel positivo acumulado: 1.870 m

  • Altitud de salida: 320 m (Els Masos)

  • Altitud de llegada: 2.146 m (Refugi dels Cortalets)

  • Pendiente media: 7,3 %

  • Pendiente máxima: 14 % (tramo posterior a Mas Maler)

  • Superficie: Asfalto hasta Villerach (km 5), pista forestal hasta la cima

  • Dificultad: Muy alta (BTT obligatoria a partir del km 5,5)

  • Puntos destacados: Ballanet, Villerach, Coll del Forn, Mas Maler, Lou Grounells, Esquena d’Ase y el refugio dels Cortalets. Transitamos por la D24.


El exigente ascenso arranca al sur de Los Masos, en el cruce entre la D916 y la D24 (320 m), con el majestuoso Canigó al fondo. Los primeros metros son suaves y asfaltados, ideales para calentar antes de afrontar la larga ascensión.
Entre el km 2-4, la carretera serpentea entre campos y viñedos dirección Ballanet, con una pendiente constante en torno al 5–6 %. Las vistas sobre Prades y el valle del Têt comienzan a abrirse hacia el norte.
En este sector pasamos por la localidad de La Sacristia, pequeño núcleo rural marca el inicio del ascenso real. La pendiente se intensifica ligeramente y el paisaje se vuelve más boscoso, dominado por robles y pinos.
Llegamos a Villerach, lugar donde el asfalto finaliza y empieza una amplia pista forestal. El ambiente cambia por completo: silencio y apenas tráfico.
En este sector el firme es bastante bueno, aunque con algunos tramos de grava suelta. El desnivel ronda el 7 %, con una progresión continua que permite encontrar un ritmo constante.
Cercanos al km 8,5, llegamos al coll del Forn (704 m), pequeña meseta intermedia que ofrece un respiro visual y físico. Desde aquí, se domina todo el valle del Conflent y se intuye ya la masa forestal del Canigó superior. Es el aparcamiento natural para visitar los cañones del Llech.
Entre el km 9  al 12 la pista se adentra en espesos pinares, transitando por una vía más estrecha. La sombra y el frescor del ambiente compensan la dureza del trazado, que mantiene pendientes sostenidas del 8–9 %.
Sobre el km 12,5 llegamos al área de Mas Maler (930 m), donde la pista se deteriora sensiblemente y el acceso motorizado queda restringido. A partir de aquí, la ascensión se vuelve más técnica y exigente para la BTT. Hay breves tramos de asfalto en mal estado.
El terreno se vuelve más salvaje, pedregoso y estrecho, con secciones donde la tracción es clave. Las pendientes puntuales alcanzan el 12-14 %, y la montaña se siente cada vez más cercana.
Sobre el km 16 llegamos al aparcamiento de Lou Grounells (1.172 m), zona amplia utilizada como punto final para vehículos autorizados. Desde aquí, los pinares se mezclan con claros que dejan entrever el macizo del Canigó y las cumbres vecinas.
Cercanos al km 18, pasamos por el refugio de La Molina (1300 m), pequeña área forestal y refugio secundario. El camino sigue ascendiendo de forma constante, con curvas amplias y magníficas vistas hacia el norte del Conflent.

Aproximadamente sobre el km 20, pedaleamos por un tramo espectacular y bastante expuesto, con varias curvas de herradura en el recorrido. La pendiente se acentúa y el terreno se vuelve más rocoso. La llegada al aparcamiento marca un nuevo hito.
En el km 21 llegamos al aparcamiento de Esquena d’Ase (1.380 m), último punto accesible en vehículo 4x4. Desde aquí, el paisaje cambia radicalmente: se entra en el dominio alpino, con matorrales de rododendro y praderas de alta montaña.
El final del ascenso es muy duro (km 22–25), Las rampas son duras entre el 10 y el 12 % constantes, pero la belleza del entorno compensa el esfuerzo. El aire se vuelve más fresco y se percibe la altitud en cada pedalada.
Finalmente, llegamos al último km, una pista estrecha y en mal estado con porcentajes alrededor del 10%. Tras varias cerradas curvas de herradura llegamos al refugio.
Pasado el km 25 llegamos al Refugi dels Cortalets (2.146 m), meta del ascenso y auténtico mirador sobre el Canigó. El refugio, gestionado por el CAF, ofrece refugio, comida y un ambiente montañero excepcional. Desde aquí, muchos senderistas inician la ascensión final a la cumbre (2.784 m).

AMAZON